La acción golpista de la derecha Un llamado de alerta

No hay reglas. No aplican aquí las normas de conducta aceptables…

“No hay reglas. No aplican aquí las

normas de conducta aceptables… hemos

de subvertir, sabotear y destruir a

a nuestros enemigos… puede ser necesario que el

pueblo deba conocer, entender y respaldar esta

filosofía esencialmente repugnante”.

Directriz de Operaciones Encubiertas CIA

Citada en el Informe Doolitle (octubre 1954)

La derecha conservadora hace hoy en México -como lo hizo la CIA de Allen Dulles en Guatemala, contra Jacobo Arbenz, a mediados del siglo pasado- cosas esencialmente repugnantes. Anclada en el más rancio anticomunismo, revive los tiempos oscuros de la guerra fría y ve a Andrés Manuel López Obrador no como un adversario político sino como el enemigo al que es preciso destruir a toda costa.

No escatima recursos, no respeta reglas: la mentira, las campañas de odio, el sabotaje económico, la exacerbación de la incertidumbre y el miedo, el trabajo de zapa en las fuerzas armadas, la infiltración en los movimientos sociales, las acciones violentas en las calles que buscan provocar una reacción represiva por parte del gobierno, la coordinación -incluso- con el crimen organizado al que alientan a perpetrar masacres de alto impacto político y mediático. Nada detiene a la derecha conservadora; no tiene escrúpulos ni limites. Quiere sepultar a López Obrador bajo una pila de cadáveres. Recuperar el poder es su objetivo. Lo quiere ya; sin esperar siquiera a las elecciones intermedias, ni aceptar el reto que lanzó el propio Presidente de acelerar el proceso de revocación de mandato.

La democracia es, para esa derecha, sólo una coartada para mantenerse en el poder y pasarse la estafeta entre iguales. Si pierde el poder, la democracia se vuelve un estorbo que debe remover. Los 30 millones de votos emitidos en unas elecciones libres y auténticas como lo establece la Constitución, las aspiraciones de justicia, paz y bienestar de las y los mexicanos le importa poco. Ya se robo una vez la Presidencia, por qué no habría ahora de tumbar a un Presidente que sigue siendo, para los conservadores, “un peligro para México”.

No es gratuito que para Felipe Calderón, el más visible y activo de los caudillos de la derecha, el golpista y sanguinario dictador español Francisco Franco sea un modelo a seguir. Como él, accedió al poder de manera fraudulenta, y como él desató una cruzada sangrienta. Franco ordenó a sus tropas una operación de exterminio: limpiar España de rojos era la consigna; para lograrlo prolongó la guerra civil. Calderón sacó al ejército y la Marina de sus cuarteles y les ordenó exterminar a presuntos criminales. Ambos se llevaron en el mismo saco a centenares de miles de inocentes. Con el golpe que promueve, Calderón -como hizo Franco- quiere ahora “limpiar a México de obradoristas”.

Casi todos los medios de comunicación, así como el sector más reaccionario y rapaz del capital, y sectores de la iglesia católica solapan, alientan o apoyan la intentona golpista. Unos son caja de resonancia de las mentiras; otros -como en el 2006- financian a columnistas, presentadores de radio y TV y penetran las redes sociales; curas y obispos esparcen desde el púlpito la cizaña.

Me tildarán de loco, ya lo sé. Pero desde aquí alzo la voz y llamo a estar alertas, a desarmar con la razón y la organización a los golpistas, a defender la paz que queremos construir y la democracia que apenas conquistamos. Si nos quieren vencer que sea limpiamente, en las urnas.

 @epigmenioibarra