La antropología, su responsabilidad social para el rescate de los pueblos

El “México profundo” no es sólo el México indígena mesoamericano

En la antropología de nuestro país viene muy de la mano la población indígena. Si la antropología es la ciencia que estudia los aspectos físicos y las manifestaciones sociales y culturales de las comunidades humanas, tal vez nos podamos remontar a la revolución mexicana, pero también más allá de esa vida de no privilegios y de lucha de los pueblos indígenas.

Nos dice el investigador mexicano Francisco Javier Guerrero que la antropología en México tenía como fin una transformación de la realidad social del país mediante una serie de acciones institucionales emprendidas básicamente por el Estado.

No se trataba tanto de estudiar a grupos étnicos desaparecidos, sino de analizar las diversas prácticas sociales de hombres y mujeres a través de la historia.

Y abunda: en el México del siglo XX ha predominado una “antropología gubernamental”, y a fines de este siglo ha repuntado una “antropología académica”.

Su papel es central en defender un conjunto de opciones culturales en un mundo donde los grupos dominantes intentan uniformar los patrones de pensamiento y de cultura. 

Cita que el subdesarrollo de las zonas indígenas se debía a que éstas eran explotadas por un centro mestizo de carácter atrasado y reacio a la modernización capitalista, dirigido por caciques y arribistas discriminadores de los indígenas. 

Para tener acceso al progreso, tanto los indígenas como sus opresores debían convertirse en sujetos propulsores de la modernización, para lo cual se consideraba que unos y otros debían ser componentes de las clases más propulsoras en el mundo contemporáneo: la burguesía y el proletariado.

El “México profundo” no es sólo el México indígena mesoamericano, sino un pueblo que está creando una civilización basada en múltiples raíces. 

El autor no conduce por estos pasajes donde Emiliano Zapata luchaba por esa tierra para los indígenas, que fue una constante de su levantamiento, además del maltrato a los pueblos para evitar su alzamiento armado.

Hablamos del nuevo siglo, donde algunos gobiernos no dejan despertar a los pueblos, donde ese multiculturalismo sigue casi muerto.

Francisco Javier Guerrero nos conduce por ese sendero algo espinoso con la ayuda de la antropología. Después de la Revolución vinieron más manifestaciones, las cuales se dieron contra el gobierno.

Un punto a repasar fue el del 68, donde los estudiantes tomaron las calles, y el Ejército hizo lo propio, enviados por órdenes de un gobierno que los desapareció, y quedó para la historia, de ahí las diversas películas y libros que igual reseñan ese momento desde los distintos ángulos.

Las manifestaciones culturales son otro momento de alzar las voces en las calles. Los pueblos igual requieren ser escuchados. 

Si la antropología hiciera hoy su tarea de una manera seria y responsable, los jóvenes supieran qué pasa en realidad a su alrededor, y muchísimos de ellos pudieran opinar sobre estos movimientos sociales.

En efecto, necesitamos saber de nuestra realidad. No se trata de un alzamiento o manifestación sin ningún sustento. La antropología puede ayudarnos en esos temas, pero desafortunadamente ese concepto, esa ciencia casi no se escucha ni se estudia. Su responsabilidad, que debería ser profunda, queda sólo a ras de suelo.

PARÉNTESIS

Leonora Carrington nació el 6 de abril de 1917 en Lancashire, Inglaterra, y murió el 25 de mayo de 2011 (a los 94 años) en la Ciudad de México. Fue una pintora surrealista y escritora inglesa que se nacionalizó como mexicana. Forma parte de los inmigrantes que mucho han contribuido a la universalización de nuestra cultura.  (kundera_w@hotmail.com)