La CDMX y las similitudes de MORENA con Tabasco

La CDMX y las similitudes de MORENA con Tabasco

Al analizar las decisiones de Andrés Manuel López Obrador tendemos a ver nada más que su tendencia, cierta, real, hacia el autoritarismo ya que es evidente que no quiere repetir la historia de presiones que sufrió en el PRD y que le impidieron hacer las cosas a su modo con las consecuencias que todos conocemos. Sin embargo AMLO parece acertar siempre y por eso se encuentra en las nubes de las preferencias electorales. Para entender lo que ha podido ocurrir en la ciudad de México al imponer a Claudia  Sheinbaum frente a Ricardo Monreal los tabasqueños no tenemos que ir muy lejos. Hagamos un poco de memoria y veremos como en las últimas elecciones municipales el candidato mejor posicionado y con mayor aceptación ciudadana era Adán Augusto López Hernández pero López Obrador decidió que finalmente fuera Octavio Romero el candidato al municipio de Centro y reservo a Adán Augusto para una tarea posterior y más importante: la gubernatura. Y no se equivocó. AMLO no quiso quemar al senador con licencia en una elección menor que no estaba clara de ganar como así ocurrió. Y por otra parte hizo crecer a Octavio Romero al que nadie, o muy pocos, conocían. Hoy nadie discute el cómo, y el porqué, se dieron así las cosas. Algo muy parecido ocurre en la ciudad de México en la que, con la famosa encuesta que al parecer no ha sido muy bien explicada, y que todo indica que tiene graves defectos, se ha conseguido perfilar una oposición interna en MORENA, encabezada por Ricardo Monreal, que no es tóxica, que no discute al “jefelagarto” y que además le proporciona a ese partido político el perfil democrático del que hasta ahora carecía, y del que le acusaban sus críticos a López Obrador, con toda la razón, al ser todos los movimientos fieles cumplimientos de los dictados y caprichos del líder mesiánico. Es decir AMLO no ha permitido que sus adversarios internos en MORENA, que ya los tiene, y algunos son infiltrados de otras formaciones, se organizaran en contra de él y se ha construido su propia corriente crítica, y le ha puesto nombres y apellidos: Ricardo Monreal, su defensor de siempre y su amigo, al que, como a Adán Augusto, se ha reservado para tareas de mayor calado y transcendencia. Aglutinar y controlar a los críticos, y posicionarse como la alternativa al liderazgo del partido cuando la naturaleza retire a AMLO del quehacer político. Es una jugada genial y de libro.

Por Antonio López de la Iglesia