LA DECLARACIÓN DE VIRGINIA

Esta declaración, de 16 artículos, establece que los hombres nacen libres e iguales, obliga a el debido proceso, la división de poderes y que este poder originalmente reside en el pueblo

La Carta de Derechosa de Virginia, más conocida como La Declaración de Virginia,  adoptada por la convención de esta colonia británica el 12 de junio de 1776, tiene su base en la Carta de Derechos (Bill of Rights) inglesa de 1689, pero a diferencia de ella   rechaza la noción de clases privilegiadas, funciones gubernamentales hereditarias y afirma que todo poder proviene del pueblo.

Esta declaración, de 16 artículos, establece que los hombres nacen libres e iguales, obliga a  el debido proceso, la división de poderes y que  este poder originalmente   reside en el pueblo, y garantiza la libertad de imprenta,  y de religión entre otras.

Esta Carta de Derechos  animó a las otras colonias a su independencia, y sirvió de base a la Constitución norteamericana de 1787, la vigente más antigua del mundo,  de apenas 7 artículos y 28 enmiendas, y  Thomas Jefferson la amplió con la Carta de Derechos Humanos  estadounidense,   con la que introdujo las primeras 10 enmiendas  constitucionales  en 1791.

Lafayette , que había peleado por la independencia  norteamericana,  escribió sobre ella la memorable  Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, de la Revolución Francesa, de 1789 y  Olympe de Gouges, por su parte, proclamaría  la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana en 1791, atrevimiento  que la llevó a la  guillotina en 1793.

Las 13 colonias británicas florecían y progresaban en 1776, con una economía, industria y comercio pujante.  Contaban con 9 universidades con todos los adelantos técnicos y científicos de la época, y construían una marina mercante competitiva y una poderosa armada.

Nosotros,  la Nueva España, dormíamos la noche de tres siglos que fue la Colonia. En el inmenso territorio que en ese entonces iba de Alaska a Costa Rica, solamente dos universidades, una en la ciudad de México y otra en Guadalajara, pero solamente para leyes  y teología,  la educación no existía.

La transportación marítima era exclusiva del Rey, y solamente podíamos producir para autoconsumo y el único comercio posible era con la matriz española. Se sufría la esclavitud y la división de castas. En la ciudad de México, por ejemplo, con  escasa población, llegaron a existir más de 200 conventos,  El pueblo trabajaba para construir  y sostener conventos e iglesias.

Por ello cuando sufrimos  el gran zarpazo, fue difícil evitar el despojo, cuando contábamos con una población de 7,500.000 de iletrados pobres, frente a una pujante nación de 15 millones  de acaudaladas  y  con floreciente industria y sistema educativo.

No obstante, hay que mencionar la enorme contradicción que vivió la Carta de Derechos de Virginia, con una población femenina a la que se les negaban estos derechos y en el sur,  una población negra esclavizada.