OPINIÓN

La deuda federal y sus efectos
17/06/2022

El crédito nacional salvador de la economía interna

Hay un tema que quisiera tocar por su poca aportación y su gran riesgo para los entes contratantes del Sector Público Federal.

México es un país de desarrollo económico mediano. Su apertura externa es básicamente con los Estados Unidos, no con la economía mundial, aunque desde luego el país trata con más de 200 países en su comercio externo. El depender de un solo país para su Comercio Exterior hace a México vulnerable a los vaivenes económicos, financieros, y políticos del país vecino. Así es por ejemplo con el vecino pequeño de cualquier país más grande (Irlanda y Gran Bretaña, Bangladesh y la India, México y Belice, etc.).

El sector externo de estos países dependientes de un solo país externo, y no del conjunto de países, o mejor todavía de los verdaderos jugadores en el escenario mundial, debe hacer México cauteloso en sus tratos externos contingentes, como son los compromisos futuros de su Deuda Externa. Diferente es con el comercio externo. Aquí, el daño a la economía nacional de una obstrucción (como lo hizo el Gobernador de Tejas recientemente al flujo de exportaciones mexicanas a ese estado) es momentánea y no causa por lo general una crisis de la economía nacional; son afectados los exportadores agrícolas, pero afortunadamente no toda la economía.

La Deuda Externa no trabaja como el comercio normal de bienes y servicios. Hay que pagar tanto tal día y no hay mayor remedio como pudiera ser no hacer la operación, ya que esa operación ya está hecha e impacta para muchos años. Pone a México en aprietos periódicamente, desde Cortés, y pasando por la Independencia, por la agresión tripartita por la deuda, por la invasión de Maximiliano, hasta las crisis de varios fines de sexenio (cuando no se puede posponer el pago de la cuenta): 1976, 1982, y 1994 siendo las mayores, pero de ninguna manera las únicas. Simplemente, no tenemos la manera de pagar cómodamente las demandas externas. En cambio, que sepa yo, México no ha tenido ninguna crisis económica general por su Deuda Interna. Este simple hecho convierte al mercado de crédito nacional en uno de los salvadores de la economía nacional.

Lo que una lectura de nuestra histórica económica reciente nos dice es que hay una depreciación fuerte y permanente del Peso con el Dólar, independientemente que el mismo Dólar se está depreciando continuamente, y en el mismo periodo se depreció de tal manera que 7.26 dólares del mes de abril 2022 equivalen al poder de compra de solo un dólar del mes de diciembre de 1970.

En el cuadro siguiente, vemos la tremenda devaluación del peso, factor que debe de tomarse en serio en la decisión de pedir prestado en dólares porque como a mí me dijo alguna vez un alto funcionario: “Suena bien”.

       Depreciación sexenal del Peso/Dólar, 1970 a la fecha

Fecha

Tasa Peso/Dólar

       % Depreciación sexenal

01/12/1970

0.01250

58.82352941

02/12/1976

0.02125

30.35714286

01/12/1982

0.07000

3.050108932

02/12/1988

2.29500

66.75586841

02/12/1994

3.43790

36.52211788

04/12/2000

9.41320

85.89077969

04/12/2006

10.95950

84.73731009

03/12/2012

12.93350

63.91774485

03/12/2018

20.23460

102.7449985

31/05/2022

19.69400

Las primeras dos columnas del cuadro provienen de la base de datos de Banxico disponible en su sitio de internet.

.

La tercera columna del cuadro revela la depreciación sexenal del peso frente al dólar, un promedio del 56% cada sexenio. Es decir, cada sexenio, en promedio, hay que cargar con un 56% más en pesos sobre el saldo de la Deuda Externa Nacional, casi el 8% adicional que no está incluido en las tasas y comisiones pagadas en dólares, pero que se paga desde la economía nacional ya que producimos nuestro PIB en pesos, aunque una parte se exporta. Por ello, para comparar a dos alternativas de financiamiento, una interna y la otra externa, por regla de dedo hay que agregar el 8% a la tasa de interés siendo cotizado en dólares como mínimo, ya que en este ejemplo hemos calculado la tasa sexenal de devaluación. (EL AUTOR ES DOCTORADO EN ECONOMÍA POR LA  UNIVERSIDAD DE PENNSYLVANIA, 1971. COLABORADOR DE DIARIO PRESENTE)



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