OPINIÓN

La deuda pública, instrumento abusivo y nefasto
02/04/2022

Así que para mí la deuda es algo verdaderamente nefasto

Yo votaré en sentido positivo, porque la iniciativa va para mí en el sentido correcto que es el de eliminar la deuda pública de la Federación de los estados y de los municipios.

En mi opinión el crédito y los intereses son unas de las inversiones más abusivas y nefastas de la historia de la humanidad. A través de las deudas públicas, sobre todo, se ha subordinado y esclavizado a las generaciones futuras y aunque los argumentos para que se contrate deuda son aparentemente muy atractivos, los resultados siempre han sido catastróficos para las sociedades y muchas veces para los individuos y también para las empresas.

En México, por ejemplo, las primeras intervenciones armadas que hubo en contra de nuestra soberanía tomaron como pretexto la deuda; tanto la primera intervención francesa, como después la intervención tripartita cuando la guerra de los pasteles y con la intervención de Inglaterra, Francia y España que culminó con la imposición de Maximiliano, se hicieron con pretexto de la deuda.

Así que para mí la deuda es algo verdaderamente nefasto. Por cierto, una de las bases, sino la base más importante con el que ha trabajado y se ha desarrollado, y ahora está en crisis en neoliberalismo, es precisamente el engrandecimiento de las virtudes de adquirir deuda. Inclusive la crisis más grave del capitalismo en 2008 fue precisamente por los abusos en el manejo de la deuda. Los famosos derivados son finalmente instrumentos financieros de deuda. Claro, los financieros en este mundo se visten casi como sacerdotes, tienen las maneras también más educadas posibles, pero la mayoría de ellos -y se ha demostrado- son delincuentes de cuello blanco. Sé que mí imposición es muy radical pero estoy explicando porque.

 Así que en este sentido, a mí me ha gustado mucho la posición del presidente de la República cuando ha dicho reiteradamente, casi todos los días lo repite, que él no está dispuesto a adquirir y a crecentar más deudas de la que tenemos en México. Y si vemos los montos, que ya por hay relató alguien de cómo ha ido aumentando la deuda pública de los estados y municipios, como está deuda pública de PEMEX, como está la deuda pública de la CFE, como está el FOBAPROA, vemos que por más esfuerzos que haga el pueblo para generar riquezas -porque es el trabajo básicamente el que genera la riqueza-, pues ese trabajo, esas divisas que nos entran en gran medida se dedican a pagar la deuda que adquirieron otras personas, otros burócratas, otros empresarios.

Entonces, cuando nace alguno de nuestros hijos o nietos ya va cargando con la culpa de algo que él no hizo y que son los errores de haber adquirido deuda irresponsablemente. Por eso, es que si en mis manos estuviera, yo prohibiría la deuda pública.

Y quiero relatarles a ustedes también, a riesgo de parecer cursi pero lo voy hacer, que cuando yo tuve oportunidad de gobernar un estado, el estado de Tlaxcala entre 1993 y 1999, envié una iniciativa al Congreso del Estado para prohibir a la Constitución la deuda pública. Dejamos un margen de tres por ciento no acumulable en caso de que ocurriera algún desastre y tuviera que hacerse algún gasto de emergencia. Esta disposición se mantuvo en la Constitución cerca de 10 años con muchas dificultades porque, pues banqueros públicos y  privados, vestidos siempre como obispos y sacerdotes, y con toda una tecnología de términos financieros maravillosos, se acercan a los burócratas los invitan a comer, a algún viaje a Nueva York, para que conozcan las ventajas de las calificadoras y toda esta parafernalia para engañar a las personas y a los gobiernos y entonces adquieren deuda pública. Aquí se mantuvo durante 10 años y luego pasó a una ley secundaria.

Pero puedo decirles con satisfacción que Tlaxcala es el único estado que no tiene deuda pública y que los gobiernos municipales tampoco, ni las entidades paraestatales de Tlaxcala. Y el nivel de vida de los tlaxcaltecas debe ser parecido al de los estados circunvecinos sino es que mejor de Hidalgo, de Puebla, de Veracruz, del Estado de México. Esto no se ha convertido en un fenómeno que retrase el desarrollo del estado; es un desarrollo similar al de los estados terriblemente endeudados y llenos de delincuencia que están alrededor; de delincuencia de cuello blanco y delincuencia organizada.  Entonces yo voy a votar en el sentido positivo este dictamen, aunque me parece que se queda muy por debajo de lo que debía ser. Creo que la iniciativa de la senadora va también en ese mismo sentido de acotar la deuda, de acotar los abusos que han ocurrido. Por cierto, han sido dos exsecretarios de Hacienda, que supuestamente deben cuidar la hacienda pública, quienes tienen las empresas más grandes que se dedican a reestructurar, se dedican a aconsejar, se dedican a asesorar. Esto es verdaderamente escandaloso. ¿Cómo es posible que las personas que supuestamente se dedican o se han dedicado a organizar de manera transparente, adecuada el ejercicio del gasto público han sido los principales promotores de la adquisición de deuda pública? Nombres: el señor Aspe y el señor Videgaray y puede haber más.

Creo que la deuda pública es uno de los instrumentos más poderosos para someter a los gobiernos, para abusar de la buena fe de algunas personas y para impedir el desarrollo adecuado de los países.  (*Senador de la República, intervención en el debate de 25 de marzo)                                     



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