La dieta adecuada de algunos políticos: Hipocresía sin complejos

La dieta adecuada de algunos políticos: Hipocresía sin complejos

NOTA BENE

La dieta adecuada de algunos políticos: Hipocresía sin complejos

Gina Trujillo parece que está de enhorabuena porque todos los astros se han alineado para que ella sea la candidata a la gubernatura por el PRI. Se lo merece. La ha buscado desde hace muchos años y cuando no ha sido agraciada por la fortuna, siempre, ha sido congruente y leal a su partido, cosa que no pueden decir muchos, pero muchos, de sus ahora ex compañeros que huyeron del barco cuando comenzaba a hundirse, aunque luego ha logrado mantenerse a flote. Todos los afanes y todas las aspiraciones humanas tienen sus limitaciones, y cuando estos políticos que se fugaron del PRI nos ofrecen, desde otras formaciones, redimirnos, lo único que hacen es tratar de redimirse ellos. Pero la solución la tenemos que poner nosotros, porque de una u otra manera todo lo que acontece es culpa nuestra. Se ha denigrado el oficio de político, pero es que se lo han buscado a pulso. En todos los sondeos ciudadanos se confirma qué los políticos son uno de los principales quebraderos de cabeza de los tabasqueños. La política es todo. Se oye decir por ahí: “A mí no me interesa la política”, pero eso es propio de un extranjero. La polis, el concepto de política, que viene de los griegos, abarca todo. Nadie cree ya en la política. Churchill estaba acostumbrado a desdecirse y cuando se lo reprocharon en el Parlamento británico, le dijeron: “Usted en el año X decía tal, y en el año Y lo contrario. Tendrá que tragarse sus palabras”. Y Churchill respondió: “A menudo me he tenido que tragar mis palabras y me parecen la dieta adecuada”. O sea reconocía su hipocresía sin complejos de ningún tipo. Eso también es corrupción ética. Es muy triste. Pero es que la corrupción se debe al egoísmo, y el egoísmo está inserto en la naturaleza humana. En Tabasco se ha batido el récord de la corrupción muchas veces, y eso que era difícil. Y de ese récord será difícil bajarnos, aunque lo conseguiremos. A pesar de que este momento sea difícil, enredado, y a pesar de que como decía el Cancionero: “Turbias van las aguas, madre/ Turbias van: mas ellas aclararán...”.

NOTA BENE 2: Si yo tuviera una varita mágica para hacerle daño a alguien, no daño grave, pues no la utilizaría nada más que para que un pájaro nocturno se posara en ella... Esa señora que se ha acercado a saludarme sonriendo y a decirme que me lee todos los días: quizá eso sea la gloria.

Por Antonio López de la Iglesia