La elección presidencial

La elección presidencial

Uno de los historiadores más reconocidos dentro del campo de las ciencias es Fernand Braudel, sus análisis y sus construcciones, desde la historia, enriquecieron los estudios sobre la duración de los procesos históricos en donde nos plantea una tipología de tiempos clasificados en larga duración, mediana duración y corta duración.

Observo una ausencia total de perspectiva en los análisis expuestos en torno al proceso de democratización del sistema político de México, y que este uno de julio de 2018 para algunos es clave en la consolidación de la democracia en México. Considero que la demanda actual de democracia en nuestro país se ubica en un proceso histórico de mediana duración, en el cual se han podido observar varios eventos en los últimos 50 años.

Permítame explicar lo anterior. En 1968 la principal confrontación del movimiento estudiantil con el sistema social autoritario de México fue la demanda de apertura democrática y mayor participación ciudadana; la dinámica fue lenta, todavía durante los siguientes años se desató una guerra sucia en nuestro país contra los movimientos guerrilleros, urbanos y campesinos. Destacó el movimiento de Lucio Cabañas; vino la propuesta de 1976 para permitir la participación de otras organizaciones partidarias en los procesos electorales, especialmente dirigidos a los partido de izquierda en México.

Durante la década de1980-1990, a mediados de ese decenio, en algunas ciudades importantes del norte del país, los procesos electorales comienza a ser ganados por el PAN. En 1988 se manifiesta la ola cardenista, que hace temblar al sistema mexicano y teniendo como resultado un proceso electoral de la Presidencia muy cuestionado, muy desaseado; a tal grado que años después, queman las boletas electorales de ese proceso, para que no quede huella.

La década de 1990-2000, es un escenario donde la demanda democrática logra construir un instituto nacional electoral; a mediados de esta década estalla el movimiento zapatista y al final del sexenio se ve manchando de sangre dentro de las propias filas del PRI: asesinato de militantes y de su candidato en las elecciones presidenciales de 1994. Igual  las cifras de muertos dentro de militantes del PRD fue muy alta, y los agravios a la ciudadanía escandalosos, compuesta por una larga lista que provoca un hartazgo que se le cobra al PRI-Gobierno en las elecciones del 2000.

En la década que abarca 2000-2010, la Presidencia de México fue ocupada por militantes del PAN, los cuales -vale insistir-, perdieron su oportunidad de fortalecer la demanda democrática de millones de mexicanos. La creación de los Institutos de la Mujer y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, son producto de las presiones y demandas de la sociedad civil. En la segunda administración presidencial panista, el panorama nacional se vistió de violencia e inseguridad, con decenas de miles de muertos y desaparecidos.   

La segunda década del siglo XXI, a partir del 2012 hasta llegar al 2018, regresó el PRI a gobernar México. Es un período donde varios gobernadores son acusados del ejercicio indebido de sus funciones, especialmente sobre el uso del erario público. En el caso del presidente Enrique Peña Nieto, se ve involucrado en el tema de La Casa Blanca, la nula respuesta sobre el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, el desfalco de PEMEX, además de su papel como presidente. Tiene niveles de aprobación muy bajos. Son justamente las actuaciones en relación al fortalecimiento de la democracia en México las que más han estado cargadas de desatinos. Para ejemplo solo dos casos: las elecciones del año pasado en el Estado de México, donde se aplicaron una serie de medidas que no tienen nada de qué ver con contiendas democráticas y la ultima la designación por mandato presidencial del candidato del PRI para participar en el proceso electoral presidencial 2018.

Por eso existe en muchos ciudadanos una preocupación latente, al percibir la nula capacidad para comprender por parte del Estado Mexicano y sus representantes, que el ejercicio de la democracia es el gobierno de la mayoría, y no de un grupo. A esa mayoría, dadas las condiciones actuales, no se le puede seguir engañando; ningún país soporta los niveles de corrupción, como los que se tienen en las altas esferas de la sociedad mexicana; ningún país soporta el uso indebido del presupuesto público y los viciados procesos de inversión privada. Por eso urge la consolidación de la Democracia en donde se respete la participación de todos.