La era del coronavirus cambiará reglas en escuelas

El próximo diez de agosto se abrirán las puertas para los alumnos de educación básica en la entidad

El próximo diez de agosto se abrirán las puertas para los alumnos de educación básica en la entidad.

De acuerdo a lo anunciado por el gobernador habrá un curso remedial que concluirá el 28 del mismo mes, pero siempre y cuando estemos en semáforo verde.

No se trata de un nuevo modelo educativo que palomeó el congreso. Si todo va bien, el regresar a clases tendrá un rostro diferente, a media cara, porque por obligación se deberá usar tapaboca.

En especial los niños, que casi no comprenden a plenitud estos hechos, antes de iniciar la singular forma de regresar a las aulas, se les deberán explicar muy bien que no tendrán el famoso recreo, por decir algo.

Ya no podrán “jugar a la pelota”, “policías y ladrones”, “toca toca”, las “escondidas”, ni correr por el patio, y se comunicarán a distancia en el salón de clases.

Un grupo irá lunes y miércoles, otro, martes y jueves, y algunos más los viernes. Quizás se pierda la afectividad entre ellos, será un reto a superar en un tiempo que no sabemos. Mientras no exista una vacuna para contrarrestar el coronavirus seguiremos en el limbo.

A cada niño deberán tomarle la temperatura, ya sea en casa o en la escuela, como parte de una ruta de códigos a cumplir, lo que se entiende es que avancen en la educación. Quedarse con la mente en blanco sería fatal, porque aquí no hay un control automático. El conocimiento no entra con milagros.

Quizás sea igual una ventaja. Los maestros tendrán menos alumnos. Habrá entonces la oportunidad de que los contenidos puedan ser explicados de una mejor forma, aunque contra el tiempo.

Esto es tan solo en las escuelas urbanas, falta saber el comportamiento y panorama en las escuelas rurales, en las más apartadas, aquí entrará el ingenio y la habilidad del profesor porque las normas no cambiarán.

Veremos tal vez al niño cargando menos útiles, al menos representa un alivio para los papás. Los accesorios innecesarios se quedarán en casa. Lo importante es ir lo más ligero posible, sin instrumentos que ayuden a correr el riesgo de contaminarse.

Se espera con ansias el semáforo en verde. Algunas autoridades de los estados declararon que no expondrán a los estudiantes hasta que haya condiciones para regresar.

La comunicación entre padres y maestros tendrá igual un cambio: se llama distancia. Serán tal vez por mensajes electrónicos para indicar los avances que se tengan, así como las tareas, aunque muchas veces en la modalidad tradicional los tutores no ven a los docentes, y mucho menos le consultan.

Se requiere hacer un último esfuerzo para iniciar con éxito el ciclo escolar. Nuestros hijos vivirán una nueva experiencia que más adelante podrán contar.

Lo importante es alejarlos del miedo. Es momento de brindarles seguridad, decirles que tendrán nuevos acompañantes, entre ellos el gel antibacterial y su tapabocas, jabón y agua, y que por nada del mundo deberán llevarse sus manos al rostro.

La era del coronavirus cambió las reglas.

PARÉNTESIS

Si algunos pretenden confiarse con el COVID-19 para los próximos días, quizás para fin de mes sean uno más en las estadísticas. Bajar la guardia es tan mortal como imaginarse en una cama de hospital con un respirador artificial.