OPINIÓN

La Feria es cosa seria
29/04/2025

Entre Carros Alegóricos y Coatís

El lunes 28 de abril el gobernador de Tabasco anunció que 600 000 personas se habían agolpado en las principales calles de Villahermosa para observar y participar en el desfile de carros alegóricos.

Es decir, un cuarto de la población total del Estado. Como detalle particular el desfile tuvo la anécdota de que el carro del municipio de Jonuta se incendió el día anterior.

Pero una cantidad de artesanos y ciudadanos acudieron a ayudar a reconstruirlo y que finalmente pudo participar con su diseño original de dos enorme coatís o tejones.

         El antropólogo estadounidense Clifford Geertz hablaba de "juegos serios" como los elementos centrales de la cultura de cada pueblo. Demostraba como en toda actividad lúdica tradicional particular de cada cultura se reproducían todos los elementos esenciales de la misma y hasta la estructura social.

Las Ferias, aunque puedan parecer meramente actos protocolarios o institucionales, ya sean las ferias religiosas por el día de algún santo o virgen o las modernas ferias estatales, se destacan en todo el país por el enorme entusiasmo y participación de las poblaciones locales sin importar las relaciones u opinión que tengan de la curia o el gobierno local organizador.

Otro ejemplo impresionante es lo que es la Feria de San Marcos para Aguascalientes. Para escandalizar a los medrosos intelectuales colonizados como Octavio Paz y Roger Bartra, los mexicanos mostramos siempre una enorme necesidad de festejar y divertirse, aunque estos señores lo denosten como una característica de subdesarrollo de aquellos diferentes a ellos a quienes apodan como "el mexicano" (al menos Bartra tiene el pretexto de declararse catalán -en realidad hijo de- para no incluirse).

En lugar, por supuesto, de entender porque hay esa característica existencial de la población del país, de la cual ya se quejaban los cronistas conquistadores Cortés y Díaz del Castillo, describiendo a los prehispánicos como mitoteros (mitotes que por cierto aprovecharon para realizar cobardes masacres como las de Cholula y el Templo Mayor).

Y las ferias son entendidas como muestra y práctica de la integración social. Un ejemplo de esta necesidad de búsqueda de integración ha sido, por ejemplo, que desde 2011 miembros jóvenes de las pandillas llamadas "maras" se vestían de Cojoes para participar del carnaval de Tenosique.

Situación que debería ser utilizada para trabajar con ellos para acercarlos a prácticas y políticas de paz en lugar de simplemente reprimirlos. Al participar demuestran su necesidad de integrarse y la posibilidad de alejarse de actividades ilegales y violentas.

         Debe de recalcarse respecto a la Feria de Tabasco (y en general las del país) la voluntad de reunirse en multitudes sin distinción y sin importar la situación, el carácter pacífico de las mismas y las pocas eventualidades que se presentan, el ánimo y voluntad de salir a la calle y convivir a pesar del calor y las horas de espera al paso del desfile, aunque todavía lamentemos que la ciudad y la cantidad de gente sobrepasó la posibilidad de usar al Río Grijalva para los desfiles de barcos.

Cabe señalar también el estoicismo de la población de las colonias a lo largo de Paseo Usumacinta que sufren el tráfico durante todo este tiempo.

         El comentario inevitable de la semana es que si los tabasqueños reaccionaran para el trabajo como reaccionaron para unirse solidariamente para reconstruir el carro de Jonuta, otro gallo nos estaría cantando.

El entusiasmo y la capacidad existe, hay que canalizara también en los días laborales y para los objetivos institucionales tanto estatales como de las empresas privadas, hacer todo bien y con calidad. Que el tabasqueño encuentre tanta motivación para el trabajo como para la Feria. (Profesor e investigador de la UNAM)





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