La herencia política: cambian circunstancias del ejercicio del poder y de sus actores

Hay quienes señalan que la coalición en el poder se mantendrá como maquinaria electoral mientras López Obrador sea el factor decisivo, de unidad y de popularidad.

*Carrera contra el tiempo de los partidos hacia el voto del 2024

*El presidente López Obrador, sus acciones y la voluntad colectiva

*La batalla por la sucesión: entre el pragmatismo y las definiciones

ANDRÉS Manuel López Obrador no sólo es un crítico del viejo sistema identificado con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino que conoce sus resortes más profundos, le decía en una anterior colaboración en la que referí el sacudimiento que para el tricolor significa la designación de figuras emblemáticas de ese partido como representantes diplomáticos mexicanos. Serán expulsados de la organización si aceptan, amenazó la dirigencia nacional priista.  

Lamentablemente para los partidos, ninguno se ha podido reponer del sismo electoral de 2018. Hasta Morena, surgida como una coalición de tipo electoral, todavía está en proceso de convertirse en un partido real…a menos de que nos sorprenda con una propuesta alternativa de organización. Hay quienes señalan que la coalición en el poder se mantendrá como maquinaria electoral mientras López Obrador sea el factor decisivo, de unidad y de popularidad.

Como usted sabe, una revisión médica al Presidente volvió a poner en el interés nacional su estado de salud. Él mismo aseguró que está bien, aunque no dejó de mencionar que tiene elaborado un “testamento político”  para que en caso de faltar se continúe la transformación y “garantizar la gobernabilidad”.

MÁS QUE UN TESTAMENTO

AUNQUE en estos días seguramente el tema del “testamento” será motivo de indagaciones y elucubraciones, podríamos hablar en los hechos de una “herencia política”, sin necesidad de un desenlace fatal en el caso de AMLO. Su acción en sí, junto a una dinámica político social que viene de lejos, ya modificó las condiciones de la disputa por el poder y su ejercicio.Resultado de una acción individual y colectiva. 

Parte de esta herencia, me parece, es lo que sucede con los partidos políticos que están en pie pero tambaleantes; su desafío sería constituirse en verdaderas opciones, aunque como ya vimos un recurso inmediato son las alianzas que a algunos fortalecen y a otros desdibujan.

Mencioné ya las vertientes que dieron origen al PAN y al PRI, dos partidos que pasaron de la Presidencia a la oposición y a la dispersión. En Tabasco el panismo perdió el registro estatal, conservando el nacional.

Veamos ahora al PRD. Un partido que se integró con, a) la vertiente nacionalista/cardenista de cuño democrático, pero también b) la vertiente combativa y dogmática del comunismo/socialismo perseguido en México de forma sistemática antes de la reforma política de 1977. Una más bajo el sol, c) la de una corriente de izquierda reformista emparentada con el viejo sistema (que allá por 1948 dio nacimiento al Partido Popular Socialista y que en 1975 se ofertó otra más como Partido Socialista de los Trabajadores, los dos también catalogados por sus críticos como “paraestatales”).

En MORENA, a) las vertientes heredadas del PRD, sólo que dejando atrás un segmento identificado con el viejo sistema priista, b) la vertiente liberal y de izquierda del siglo XIX, en sus más diversas expresiones; c) nuevos desprendimientos de un PRI al que ya no ven como opción de poder; y, aunque no se agota en abanico, agreguemos: d) activistas del más diverso origen que inclusive se formaron en el rechazo a la partidocracia.  Un verdadero coctel…¿explosivo?

LA IDENTIDAD EN JUEGO

EN ESA histórica y cultural, surgen cuestiones que deberán resolver estos partidos políticos, de cara a 2024: ¿qué filiación dominará en su plataforma política? Por lo visto en 2018, es posible desechar la historia partidista y definir prioridades a partir del pragmatismo salvaje: todo sea por el voto, que es la sobrevivencia. Ya nada o muy poco se hace sin dinero, pero tampoco se avanza sin ciudadanos. Además: ¿hay manera de evitar, con esta base histórica y cultural, las definiciones de proyecto de nación hacia el exterior? Un exterior que sigue influyendo en decisiones internas de gobiernos nacionales.   

Los partidos políticos tienen aliados coyunturales y potenciales. Ya PRI, PAN y PRD, anunciaron que irán juntos en cuatro de las seis gubernaturas en disputa, mientras que en otras dos están en pláticas. Morena, por su parte, repetirá con Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde (PVEM).

Sólo Movimiento Ciudadano (MC) mantiene su decisión de ir sin alianzas partidistas, en una estrategia que le ha dado resultado para beneficiarse del debilitamiento en los otros opositores. Pero hasta ahí. 

 

AL MARGEN

Puede ser que la lectura partidista aquí esbozada no tenga que ver con la realidad política, miope en historia. De cualquier modo, la ligereza ideológica es mala consejera electoral. Debe recordarse que en 2018 la ciudadanía otorgó su confianza a quien mantuvo coherencia de objetivos y apostó por voltear el sentido de la acción política. Fue un voto de confianza, ¿será ratificado?

(vmsamano@hotmail.com)