La importancia y "el peligro" de la lectura libre

Desde hace muchos años me he manejado con dos certezas en lo educativo: una, que “los mejores maestros tienen el hábito de la lectura"

UNO

Desde hace muchos años me he manejado con dos certezas en lo educativo: una, que “los mejores maestros tienen el hábito de la lectura.” Y, dos, que “la escuela funciona mejor donde se promueve la lectura libre”.

En esas escuelas, los maestros habituales lectores, aprovechan el tiempo completo dentro del aula, o fuera de ella, pero con actividades educativas.

DOS

El hábito de la lectura tiene distintos orígenes. Uno es la familia, porque tuvieran padres lectores, y de manera natural en sus casas había libros. Lo mismo pudo suceder que en la escuela primaria alguno de sus maestros fuera lector habitual y logró transmitir, con su entusiasmo, el gusto y la alegría por las aventuras que se cuentan en los libros. O que cayera de casualidad un libro en sus manos y lo empezara a leer y quedó atrapado en él.  O que tuviera un amigo lector.

TRES

Otros iniciamos nuestras lecturas con las revistas que compraban nuestros padres o tíos, del tipo Kalimán, Chanoc, Memín Pinguín, Lágrimas y risas,  y otras. Las esperábamos cada semana para saber la continuación de las historietas con letras y dibujos.

CUATRO

La lectura es definida como el proceso mental de descifrar grafías. Y abarca hasta que se comprende lo leído. No antes. No cabe la expresión de “lee, pero no comprende”. Porque en todo caso la lectura  alcanza su significado hasta que se comprende lo que está escrito.

CINCO

Niño que lee por gusto, desarrolla la imaginación, enriquece su vocabulario, desarrolla su capacidad de exposición y debate. Y su pensamiento se va haciendo más hábil. Precisamente esa es la utilidad de la lectura. Por eso el primer paso es el aprendizaje de saber leer y escribir, lo cual se aprende en el primer año de primaria. Junto a ello el siguiente paso, e igual de  importante, es el saber comprender lo que se lee; y a ello ayuda que el niño inicie el proceso de adquirir el hábito de la lectura libre.

SEIS

La lectura libre es la que él busca, la que le acercan, la que le genera alegría y gozo. A la que quiere regresar cuando le interrumpen para que realice  alguna actividad en su hogar, o en la misma escuela. Si esto no se logra –el hábito de la lectura- el alumno irá transitando por los distintos grados haciendo esfuerzos supremos por aprender los conocimientos. En caso contrario el alumno lector, como va adquiriendo un vocabulario más amplio cada vez, va aprendiendo el contenido de las materias de manera natural, con gran facilidad. Y hasta con alegría. 

SIETE

Y cabe aclarar, por si fuera necesario, que la lectura libre es distinta a la obligatoria.  Esta última se refiere a los libros de texto cuando se encarga la tarea de leer para resolver algunas preguntas que evidencien que se ha aprendido lo leído. 

OCHO

La lectura es clave para el desarrollo del pensamiento. Y los fracasos en varios grupos de alumnos y escuelas, tienen que ver en que no se conceptualiza a la lectura como fuente y motor del desarrollo del pensamiento y a la escuela misma como laboratorio del pensamiento.

NUEVE

El pensamiento se desarrolla con la práctica constante. Como el atleta tiene que practicar en la pista; el deportista en la cancha. Así el estudiante que  está en desarrollo de sus habilidades en el pensar, lo habrá de hacer con prácticas constantes de pensar mediante la lectura y escritura de creatividad. Y con exponer en su grupo, al participar en el homenaje, etcétera.

DIEZ

¿Que los libros son caros? Si es pretexto, pasa.  Sin embargo hay a la venta excelentes libros muy económicos. Pero también cada escuela tiene biblioteca. Y hay bibliotecas municipales y comunitarias con una gran cantidad de libros, de todos los temas.

ONCE

Si la escuela debe ser y es el centro de toda actividad educativa, entonces el trabajo del maestro con sus alumnos deberá girar alrededor de la lectura libre y el libro, a la par que con las materias. En caso contrario siempre será un fracaso.

DOCE

Quien lee por hábito, pasa a leer la realidad de manera reflexiva y crítica. He allí el “peligro”.