La monstruosa impunidad

Desde luego, todo asesinato es execrable. Y son inaceptables los que a diario lamentablemente suceden en nuestro país, sin que el “elefante reumático” se mueva mucho

Desde  luego, todo asesinato es execrable.  Y son inaceptables los que a diario lamentablemente suceden en nuestro país, sin que el “elefante reumático” se mueva mucho. No podemos remontar la monstruosa impunidad del 99% que hemos venido arrastrando desde hace décadas.

Pero el ajusticiamiento de un Juez federal y su esposa, en su propio domicilio, plantea la urgente y ya inaplazable necesidad de fuetear a ese “elefante reumático”, para que salga de su marasmo burocrático y actúe. La nación entera reclama resultados, hechos y no excusas.

Recuerdo que hace muchos años, en el puerto de Tolón, un judío disertaba en una plaza, y pasó una motocicleta de otra población y lo balaceó matándolo. El Presidente Sarkozy declaró que eso no se podía permitir y toda la policía se movilizó; al día siguiente el asesino fue detenido en otra población.

Recuerdo también el fatídico acto terrorista en que unos fanáticos viajaron a París y provocaron mortandad en un centro nocturno; al día siguiente fue detenido uno y un día después el otro en la frontera,  cuando trataba de regresar a Bélgica.

Hubo también un acto terrorista en el maratón de Boston, Estados Unidos,  la policía de ese país se movilizó y a los dos o tres días ya estaban detenidos todos los implicados, que desde luego no eran de Boston. ¿Y porqué en México no podemos dar estos mismos resultados?

Ciertamente en nuestro México teníamos una Procuraduría buena para fabricar delitos, arrancar confesiones a modo mediante torturas, y actuar como órgano represor del Estado, para sancionar oponentes o desafectos del Régimen.

Y ahora contamos con una Fiscalía autónoma, que ciertamente ya no fabrica delitos ni reprime opositores, pero que inexplicablemente la vemos sumamente lenta e ineficiente. El hijo del Chapo, que por razones que no discutimos su justificación fue liberado, al día siguiente o a los dos días debió haber sido ubicado y detenido en un operativo limpiamente planeado, pero como en otros casos, no pasa nada.

Y ya es  hora de que el Presidente de la República, el Presidente de la Corte, el Senado y la Cámara de Diputados hagan un fuerte extrañamiento a la Fiscalía de la República  y se exijan resultados; pero ya. Y si no se sienten capaces, tendrán que pedir ayuda internacional, y que de otras corporaciones vengan a enseñar a nuestros flemáticos y cachazudos ministeriales cómo investigar, ubicar y detener a los delincuentes.

A la Guardia Nacional, que está representando un alto costo, habrá que exigirle también resultados y debe coadyuvar  con la Fiscalía, ya que seguramente cuenta con unidades de inteligencia que bien podrían actuar y resolver estos trágicos hechos que siguen ensangrentando el panorama nacional.

Ciertamente hay que atacar las causas, pero si permanece la impunidad, la solución será a largo plazo. Requerimos hechos, echar a andar al “elefante reumático”, fuetearlo, obligarlo a que se mueva y dé resultados.