La normalidad, sus contagios y muertes en Tabasco

La normalidad, sus contagios y muertes en Tabasco

El COVID-19 sigue afectando a la población mundial, si bien en algunos países como los europeos el virus va reduciendo su nivel de letalidad, en otros, principalmente en los de América, se mantiene con más fuerza, ya que concentra el 60 por ciento de los contagios en el mundo; Estados Unidos y Brasil siguen siendo los más afectados.

En el caso de México, sigue al alza la epidemia. A mediados de julio nos encontrábamos en el 7° lugar mundial de contagios y en 4°cuarto lugar mundial en fallecimientos; por arriba de Italia y España. En el espacio subnacional, la Ciudad de México y el Estado de México son las entidades con más casos de contagios y muertes, relacionado con su amplia población y otros factores. Tabasco se mantuvo en el 3° lugar, aun cuando su población es pequeña en comparación con otros estados de la República. 

CRÓNICA DE CONTAGIOS EN TABASCO

En marzo, ante los primeros contagios, el gobierno federal implantó medidas para resguardarse del COVID-19. Cada uno de los estados empezó a aplicar las disposiciones del Ejecutivo Federal, aunque algunos con sus propios matices. 

En Tabasco, como en otros estados, por la falta de protocolos para atender una crisis de este tipo, en la inmediatez se contagiaron algunos funcionarios de gobierno y el propio ejecutivo. Sin bajas que metieran a la entidad en una crisis institucional, se empezaron a formalizar las medidas entre la población local. De manera acertada el confinamiento de estudiantes al cerrar las escuelas en todos los niveles, limitaron los contagios. De haberse mantenido las clases se hubiese esparcido el virus de manera rápida y todo se habría salido de control. El cierre de oficinas de gobierno, y el confinamiento inicial de los mayores de 60 años y luego de la mayoría de la población al cerrar muchos de los negocios, tuvieron éxito ya que la lentitud de los contagios permitió al gobierno estatal preparar los centros de atención hospitalaria para atender a la población con mayor riesgo. A medida que la crisis en salud por el virus ha ido avanzando, se ha conformado información de su comportamiento y de su composición, los cuales inicialmente ni los científicos de la OMS tenían. Comenzaron a aplicarse medicamentos y antivirales que ayudan a limitar o mitigar la enfermedad.

De igual forma, ante la ambivalencia gubernamental de la efectividad del uso de los cubrebocas se normalizó la necesidad de ellos para limitar la propagación. En este correr de la pandemia, el gobierno de Tabasco, en marzo tomó la decisión de limitar la movilidad social reduciendo los horarios del transporte público y privado. También se implantaron medidas para la apertura de grandes centros comerciales con horarios limitados, y la exigencia de aplicar protocolos de sana distancia y sanidad a los consumidores. Se cancelaron eventos de gran magnitud, actividades culturales y deportivas, así como las turísticas. Algunos municipios decidieron poner cercos sanitarios.

Las medidas se fueron endureciendo. Tabasco tuvo su primer contagio el 01 de marzo y terminó el mes con 48. El 01 abril dio inicio la crisis, al tener su primer fallecido y 52 contagiados, cerrando el mes con un acumulado de 984 infectados y 123 fallecidos. En mayo se consolidó la normalidad de los contagios ya que se hizo común tener un fuerte número de enfermos diarios, el mes dio inicio con mil 066 contagiados y terminó con 4 mil 009, así como con 508 fallecidos. En junio se dispararon los contagios al iniciar el mes con 4 mil 323 contagiados y 533 fallecidos y finalizar con 10 mil 695 infectados y 1 mil 053 fallecidos. A mediados de junio a propuesta del gobierno federal y estatal inició la apertura escalonada del regreso a la nueva normalidad. Sin embargo, el número de contagios y muertes siguió al alza: al 14 de julio la Secretaría de Salud informó que Tabasco sumaba 15 mil 330 casos confirmados de COVID-19, con mil 431 vidas cobradas. Tres días antes el 11, se había tenido la cifra récord de 460 contagios con 58 muertes al día.

Los datos de la Secretaría de Salud nacional indicaban que Tabasco ocupaba el tercer lugar nacional en muertes después de la Ciudad de México y el Estado de México y era la entidad con mayor saturación en camas de hospitalización general con un 82% de ocupación. A nivel sureste la entidad se puso a la cabeza en el primer lugar de contagios y muertes. Ni Chiapas con sus más de 5 millones de habitantes tenía tantos contagios como Tabasco.

EN BUSCA DE RESPUESTAS

La pregunta obligada es ¿por qué en vez de bajar el número de enfermos los brotes van en aumento si la población ya conocía las medidas que ayudan a evitar los contagios, qué variables explican esta incidencia del virus y muertes?

Varios han sido los factores. Con el regreso a la nueva normalidad se crearon protocolos para ser aplicados por las empresas, principalmente mantener la sana distancia entre empleados y el público visitante; la falla estuvo en que se bajó la guardia en las restricciones al transporte público, lo que implicó una deficiencia de las autoridades responsables. En el uso de este transporte no se garantizaron las medidas sanitarias aplicadas desde el inicio de la pandemia: uso de cubrebocas, manejo de satinizantes y 50 por ciento del cupo en las unidades. Algunos empleados de las combis, taxis, pochimóviles, etc., en el afán de recuperar lo perdido en el periodo de cuarentena empezaron a movilizarse con sobrecupos, y sin las medidas de seguridad; la necesidad hizo el resto. Por otro lado, una parte muy amplia de la población no ha querido tomar las medidas sanitarias de sana distancia, es común ver cómo las familias se siguen reuniendo para efectuar convivios o reuniones privadas. También, vemos en las calles personas sin cubrebocas y sin cuidar la sana distancia consumiendo bebidas embriagantes, comprando en las carnicerías, en los mercados, en los pequeños comercios, en sí, en la mayoría de lugares donde confluyen grupos de personas. En estas condiciones resulta lógico que en la “nueva normalidad” los contagios hayan aumentado. 

El fallo está en una parte de la sociedad que no quiere seguir las reglas de sanidad, tolerado por las instituciones que de una forma u otra bajaron la guardia.  

Si queremos parar los contagios, las condiciones para el regreso tienen que ser muy estrictas, y con medidas sanitarias obligatorias, con sanciones económicas o de libertad.

Es necesario facilitar el acceso a satinizantes de manos y mascarillas o cubrebocas, a una población que difícilmente puede comprarlos; a la vez garantizar precios accesibles para que no exista el pretexto de no usarlos, ni la especulación. Los cubrebocas, al ser caros la gente los recircula y en vez de proteger se tornan peligrosos, al ser un caldo de cultivo para la diseminación de la epidemia. 

Es necesario reforzar las campañas de concientización para que la población asimile la gravedad de esta pandemia, en muchos casos las acciones han sido insuficientes y con mensajes cruzados que han confundido o dado argumentos a la población para el desacato. 

También se requiere mayor coordinación entre las autoridades gubernamentales, las cuales deben poner mayor empeño en el rastreo de los contagiados y vigilar que estas familias tengan las condiciones de seguimiento de su salud y acceso a medicamentos de manera gratuita o a bajo costo que les permitan mantener la cuarentena en sus domicilios. El sistema de salud debe cubrir los casos ambulatorios para limitar la automedicación en una población reacia a acudir a los hospitales por temor a no ser atendida o tener un mal servicio hospitalario. Si esto no se prevé, la misma población seguirá extendiendo el virus en aquellos que no lo tienen.  

Hoy la prioridad debe ser limitar los contagios o el riesgo es que se lleguen a colapsar los hospitales y entraríamos en una crisis mayor de salud; no hay que olvidar que ya andamos en un 80 por ciento de usos de camas de hospital y la cifra aumenta día a día.