La nostalgia de una generación en el cine que se fue

Algo inexplicable se refleja en nuestra memoria cuando volvemos a las películas mexicanas de aquella gran época donde los hermanos Domingo

Algo inexplicable se refleja en nuestra memoria cuando volvemos a las películas mexicanas de aquella gran época donde los hermanos Domingo, Fernando y Andrés Soler, o “Susanito”, caracterizado por el inconfundible Joaquín Pardavé, dominaban la cartelera cinematográfica en nuestro país.

Pero, ¿qué hay de inexplicable?, podría llamarse nostalgia, inclusive de una vida que no correspondió siquiera a nuestra propia generación, aunque que nos hubiera gustado disfrutarla.

La sencillez de las cosas, la música sin más efecto que un golpe extraño en el estómago como una tonada simple en un piano a lo Agustín Lara.

Por supuesto que es una nostalgia en ciertos sentidos, sin irnos a los extremos, es decir, llegar a la censura o el toque de queda de nuestras libertades.

Pero sin desviarnos del asunto, es al goce de los sentidos que nos traen las películas de antaño, o quizás desconocidas algunas, hoy nos sentamos a entender sus argumentos, no sólo a entretener o matar el tiempo sino a disfrutar la personificación de los caracteres y la atmósfera que los rodea.

Añoramos la versatilidad y encanto en esa generación de actores y actrices, porque apenas descubrimos la seriedad de su trabajo: el diálogo impecable, la ironía alejada del insulto, el humor genuino y sin escarnio, así como sus guiones.

Hay mucho que fue perdiendo el cine y que se refleja en la decadencia de la televisión mexicana que explota el morbo hasta rayar en lo escatológico.

No es una propuesta que reafirme que tiempos pasados fueron mejores, es no cerrar las puertas a lo que posiblemente se considere anticuado; una película en blanco y negro es tan actual como el tecnicolor o los efectos especiales, tal vez lo rústico de un escenario no cause las mismas sensaciones que un set hollywoodense más la historia es lo que realmente cuenta.

Podemos encontrar una sátira a favor del expresidente Porfirio Díaz como una comedia en defensa de los exiliados españoles a causa de la dictadura franquista, y en ellas Fernando Soler y Joaquín Pardavé no titubean al representar sus personajes, como tampoco lo harían con la caracterización de un carnicero, un promotor de teatro, un padre de familia conservador, un tahúr, un comerciante libanés o una tía impostora.

Como un extraño golpe de felicidad o belleza es lo único, aquello que difícilmente se volverá a repetir, así las historias representadas por la maestría de estos actores de culto mexicano.

No se tiene dos veces la misma flor entre las manos, algo habrá cambiado el instante siguiente. La película que vimos ayer tendrá algo distinto mañana, un detalle, una palabra, un sonido que antes no distinguimos y se mantendrá así para siempre, y siempre desearemos volver a ella.

En la mirada del actor Héctor Suárez, hoy fallecido, se nota esa nostalgia, el entender por qué amó tanto el cine, y esa metamorfosis que vivió después de la llamada época de oro en México.

Disfrutemos cada película, y observemos su delicadeza, bien vale la pena aplaudir o simplemente cambiar de canal.

PARÉNTESIS

Más de 100 actividades –artísticas, literarias y académicas– se llevarán a cabo para conmemorar los 10 años del fallecimiento del cronista, ensayista, coleccionista y periodista mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010), adelantó Eduardo Villegas, titular de la Coordinación de la Memoria Histórica y Cultural de México de la Presidencia de la República. Estas actividades también se realizarán en diversos estados.