La pandemia, los médicos, AMLO y los medios

Hace unos días, el periodista y actual funcionario federal Jenaro Villamil explicó ampliamente un concepto también definido por la Organización Mundial de la Salud

Hace unos días, el periodista y actual funcionario federal Jenaro Villamil explicó ampliamente un concepto también definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS): la infodemia, como una sobreabundancia de información falsa o maliciosa sobre una pandemia y que busca crear miedo, desconfianza y destruir la solidaridad necesaria en este tipo de crisis. Bien se ha dicho que para combatir un contagio masivo como el que estamos viviendo lo que se requiere es información orientadora sobre qué hacer, cómo hacerlo, cuándo y dónde.

Pero este tipo de crisis, que involucra también a los gobiernos y a los poderes económicos y políticos, no puede estar exenta del manipuleo. No pocos buscan sacar la mayor ventaja del río revuelto.

Escribió recientemente el escritor y periodista Jorge Zepeda: “A ratos da la impresión de que entre los detractores (del presidente López Obrador) hay una suerte de frustración porque México no está padeciendo las tragedias por las que ha pasado Nueva York, Italia o España. Incluso con los 700 muertos adicionales que el NYT (New York Times) imputa a la Ciudad de México, las cifras son moderadas, hasta ahora. La falta del desastre anunciado es compensado con una satanización del que da la cara (López-Gatell), con la difusión de las opiniones de los ex funcionarios que dejaron el sistema de salud en los huesos y buscan cargarle la culpa a quien así lo recibió, y con la búsqueda y exacerbación de casos de hospitales desbordados, aunque otros tengan suficientes camas disponibles, pero de los cuales no se habla…” (Sin Embargo, 10/05/2020).

Tiene razón el también colaborador de El País: pareciera que los adversarios y enemigos de AMLO buscan que México se hunda en esta pandemia para poder echarle la culpa al gobierno y de paso “reventar” a López Obrador. ¿Qué ha faltado mesura en los calificativos desde la trinchera oficial? Es posible, pero se debe insistir una y otra vez: esta batalla contra la pandemia es de todos, porque en ellos nos va la vida, la salud y nuestros cada vez más escasos recursos.

Veamos las cosas en los hechos: hasta ayer, al momento de escribir estas líneas y en el inicio de la semana, México tenía oficialmente el registro de 35 mil infectados confirmados y 3 mil 465 fallecidos. El total de casos activos reconocidos, esto es de pacientes con capacidad de transmisión del virus, se ubicaba en 8 mil 457. A veces la abrumadora referencia a las cifras también nos hace perder la perspectiva de la tragedia: en Tabasco, por ejemplo, la secretaria de Salud Silvia Roldán calculó a mediados de abril que nuestra entidad podría tener unos 200 muertos (en el peor escenario) y 11 mil contagios. La realidad es más dura: llevamos ya más de 220 defunciones y “apenas” estamos llegado a los 2 mil contagios. El gobernador Adán Augusto López expresó ayer su preocupación, pero también su ocupación, por si la situación en Tabasco pudiera desbordarse. Debemos evitar que eso suceda.

Hay un esfuerzo notable de los gobiernos, de las autoridades de salud, de los trabajadores de las clínicas y hospitales, que debe ser acompañado con una energía similar de la población. En esto incluimos también a los medios de información, por supuesto, y a los empresarios algunos reacios a dejar de ganar en esta crisis. Este es el momento de solidarizarnos, sobre todo con la población más vulnerable.

Lo ocurrido recientemente en los medios impresos de influencia internacional no se debe pasar por alto: de manera coincidente –toda casualidad debe ser tomada con muchas reservas- tres diarios extranjeros abordaron un mismo tema y casi con el mismo enfoque. El País, New York Times y Wall Street Journal, pusieron en duda las cifras de contagiados y fallecidos en México…En este mismo sentido se habían expresado los ex secretarios de Salud de Vicente Fox, Julio Frenk, y de Peña Nieto, el ex aspirante presidencial José Narro. Los secundó el ex titular del sector durante el gobierno de Felipe Calderón, el también médico y político Salomón Chertorivski, lo mismo que José Ángel Villalobos, quien despachó también con el panista en esa área.

La suma de los adversarios de AMLO no se hizo esperar, pero tampoco la crítica a la falta de rigor tanto de los periodistas como de los ex funcionarios. Confundir la opinión con los datos duros no es el mejor camino para ayudar en este grave trance; pero también como escribió el destacado científico Raúl Rojas: en una epidemia los modelos matemáticos no son definitivos.

No se olvide. En esta epidemia estamos tratando no sólo con un virus prácticamente desconocido, sino también con decisiones de gobierno y la conducta y hábitos de millones de personas.

PRIMERA PARADA

Trabajadores del IMSS me hicieron llegar su preocupación por el riesgo de contagios en las clínicas y hospitales. Es necesario un monitoreo permanente para evitar que se expanda el virus. También, como lo ofreció el director general Zoé Robledo, retirar a los empleados vulnerables.

SEGUNDA PARADA

El presidente López Obrador aclaró que al referirse a los “médicos mercantilistas” no lo hizo con todos los profesionales de la salud, sino precisamente sobre aquellos que anteponen el beneficio económico a la ética “como ocurre en todas las actividades”. Por si se malinterpretó ofreció disculpas públicas a los honrados.

PARADA ESPECIAL

Buenos resultados de la desmovilización del fin de semana en Tabasco para evitar aglomeraciones contagiosas el Día de las Madres. Se analizan otras medidas.