La refinería y el Modelo Cardenista: el petróleo como palanca de soberanía

La refinería y el Modelo Cardenista: el petróleo como palanca de soberanía

*Tiene AMLO plan en dos etapas: primero, rescatar Pemex

*Lázaro Cárdenas: para México el producto de sus riquezas

*Tiene Morena fuerza electoral, pero hay competencia opositora

EL DOMINGO DIERON inicio formalmente los trabajos de la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas, Paraíso (Tabasco). Originalmente, como candidato el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador había propuesto dos nuevas procesadoras de crudo, la otra estaría en Atasta, Campeche. Los planes se modificaron pero no el objetivo: buscar la autosuficiencia en combustibles. Otro de los propósitos sería dejar de exportar materia prima, para competir en el mercado de los refinados.

Como acostumbra, AMLO hizo una apuesta muy alta. Sus críticos de inmediato respondieron que no sería posible dejar de exportar crudo “porque era el mejor negocio” aún con los precios bajos; incluso recordaron que México ya estaba adquiriendo hasta el 75 por ciento de la gasolina que se ocupaba en el país y que ahora tenía que comprar petróleo ligero para operar sus obsoletas refinerías.

Ya como presidente, López Obrador estableció un plan estratégico en dos etapas: en los primeros tres años fortalecer a Pemex –desmantelada por décadas de corrupción y abandono-, con el la recuperación de los volúmenes de producción y el fortalecimiento de su estructura de refinación; en los siguientes tres años de este sexenio lograr que la empresa tenga ingresos suficientes para financiar el desarrollo del país. En pocas palabras: primero rescatar a Pemex, para que pueda contribuir a rescatar al país.

ROMPER LA DEPENDENCIA

EL OBJETIVO es ser autosuficientes en combustibles. En esos términos más o menos fueron las intervenciones en el acto de Dos Bocas, Paraíso, del presidente López Obrador; de la secretaría de Energía, Rocío Nahle; del director de Pemex, Octavio Romero, y del anfitrión Aspan Augusto López, gobernador de Tabasco. Recordó AMLO que actualmente “estamos consumiendo alrededor de 800 mil barriles diarios de gasolinas y producimos 200 mil. Compramos alrededor de 600 mil barriles diarios de gasolinas”. El 95 por ciento proviene de Estados Unidos…nuestro principal comprador de petróleo.

Es una ecuación que debe cambiar. La dependencia no es una condena. Lo había advertido el Plan Sexenal de Lázaro Cárdenas en 1933: las actividades en relación a nuestros recursos naturales deben ser reguladas por la acción del Estado, “de manera que en el proceso de su desarrollo obtenga nuestro país la mayor participación posible de las riquezas que se explotan, pues en muchos casos la forma en que este empobrecimiento industrial de nuestro suelo se ha llevado secularmente y se lleva a cabo, es de tal naturaleza, que los mexicanos sólo intervienen en ella como trabajadores de bajo salario, y el país no deriva sino el beneficio de una tributación mezquina”. Una advertencia y observación que sigue vigente hecha ya hace más de 85 años.

Los primeros años posteriores a la expropiación, el aprovechamiento de los hidrocarburos permitió consolidar una clase media pujante y un sector industrial y empresarial nacional. A partir de los años ochenta ocurrió un viraje que se agudizó en este siglo. Apenas unas de tantas cifras recientes nos dan idea del desastre: cuando Felipe Calderón (PAN) llegó al poder la plataforma nacional de extracción de crudo era de tres millones 200 mil barriles diarios; concluyó el sexenio con dos millones 500 mil bpd -700 mil menos-, para cerrar con Enrique Peña a un millón 725 mil bpd. Una caída en picada que, informó Romero Oropeza, pudo frenarse y comenzó un lento pero sostenido periodo de recuperación.

Importan los números, pero también el impacto de la explotación de un recurso no renovable. Por eso hay que tomarle la palabra al titular de Pemex: “A lo largo de cada una de las fases (de la refinería), estaremos cerca de la población y sus autoridades, atendiendo los efectos regionales de este gran proyecto, para evitar los desequilibrios y otros efectos negativos que hubo en el pasado reciente”. No es sólo lo macro, sino los efectos de un modelo en la vida cotidiana de las comunidades y las personas. Olvidarlo tiene consecuencias funestas. Ya lo ha vivido Tabasco.

SALDOS ELECTORALES

CON LAS DOS gubernaturas obtenidas el domingo –en Puebla y Baja California-, el partido Morena logró sumar siete entidades bajo su administración estatal. El triunfo en territorio poblano permite ahora un “corredor morenista” que enlaza a los estados de Chiapas, Tabasco, Veracruz, Puebla y la Ciudad de México. También logró consolidar su fuerza en Quintana Roo, donde se perfila como mayoritario en el Congreso. El mayor golpe electoral fue para el PAN, partido que gobernaba desde 1989, con aquel primera victoria histórica de la oposición en una entidad estatal.

Morena, sin embargo, no puede confiarse. La participación electoral fue muy baja en los seis entidades estados donde hubo votaciones. Los peores registros de abstencionismo fueron en Quintana Roo y Tamaulipas, donde sólo se sufragó por diputados. Esto confirma la urgencia de procesos concurrentes y no dispersos. Aunque el peso del liderazgo y las acciones de López Obrador siguen motivando el apoyo a los candidatos morenistas, su estrategia no puede basarse sólo en ese recurso; requiere gobiernos que den buenas cuentas y candidatos que se identifiquen más con el proyecto de cambio de régimen y modelo. El PAN se ubica en término generales como segunda fuerza, aunque los estados en disputa eran básicamente territorio blanquiazul.

AL MARGEN

PLANEACIÓN y transparencia, claves en la Bolsa de Trabajo y Adiós a tu Deuda. (vmsamano@hotmail.com)