La segunda nacionalización del petróleo; dejar de exportar y refinar, el objetivo

*Como en tiempos de Lázaro Cárdenas: usar el crudo internamente *La herramienta: la nueva refinería y la recuperación de otras seis

DECIR expropiación suena demasiado fuerte. Pero sin duda que la política de Andrés Manuel López Obrador se encamina hacia un “cambio radical” en materia de energéticos en el país; las circunstancias nacionales y mundiales, además, favorecen a un proyecto definido desde su primera campaña por el poder federal y mucho más antes. Busca, lo ha dicho, recuperar la soberanía en sectores estratégicos. El petróleo es uno de ellos.

En este espacio comentamos ya lo que algunos denominan una “segunda expropiación” de los hidrocarburos; la primera fue con Lázaro Cárdenas. Con Aldolfo López Mateos ocurrió la nacionalización de la industria eléctrica. El contexto es diferente, pero el objetivo es el mismo: que México no esté sometido a intereses particulares, mucho menos externos.

Hay, por supuesto, quienes sostienen que esto es imposible en un mundo globalizado e interdependiente; sin embargo, la crisis sanitaria en curso, que dará lugar a una grave crisis económica, está obligando a varios países a revisar el llamado modelo neoliberal o de extrema concentración de la riqueza. Por lo menos a plantear una vía propia.

UN CAMBIO RADICAL

DIJO el Presidente en su reciente visita a Dos Bocas, Paraíso, donde se construye la nueva refinería –un discurso que sirvió también como soporte a sus expresiones en el recorrido de las plantas de procesamiento en Veracruz y Oaxaca-, que estamos en el camino de “un cambio radical en materia de política petrolera y en materia de política económica, porque vamos a dejar de vender petróleo crudo; vamos en el futuro, en el mediano plazo, a procesar toda nuestra materia prima en el país”.

¿Dejar de vender petróleo crudo?

La reciente crisis de los precios del petróleo, que colocaron a menos de un dólar el barril de crudo, obligó a cerrar las válvulas de exportación. Reveló el director de Pemex Octavio Romero que no sólo México se vio comprometido a un recorte en su extracción de crudo, por un acuerdo con la OPEO, sino que “en esos días, cuando los precios estuvieron más bajos, eran negativos, nosotros no vendimos petróleo, aguantamos unos días”. La no venta ya ocurrió, por razones externas.

Inclusive, debido a las lluvias atípicas de los últimos días causadas por Amanda y Cristóbal, la producción petrolera tuvo que detenerse en el sureste durante 10 días, informó Octavio Romero. Seguramente, la actual epidemia de COVID-19, obligó a modificar el ritmo de trabajo en la industria de los hidrocarburos. Otro fenómeno imprevisto en los planes de Pemex.

De lo que se trata, nos dicen, es de tener cada vez más el control de un sector fundamental para la seguridad nacional en lo financiero y en lo productivo.

Recordemos que en 2010 ya se comenzaba a vislumbra una contradicción en México: pasar de ser exportador de crudo a comprador en el extranjero. La entonces secretaria de Energía, Georgina Kessel, habló de importar crudo ligero para atender las necesidades de refinación de gasolinas.

Si bien entonces se decía que México seguiría siendo exportador, en los hechos esa capacidad se fue limitando por la sobreexplotación de los yacimientos y el freno (premeditado) de la exploración. El volumen de reservas probadas cayó de 24 mil 910 millones de barriles al inicio de este siglo, a sólo 6 mil 400 en 2019, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. También nuestro país pasó de una plataforma de extracción de 3 millones de barriles diarios en 1999 a casi la mitad al término del gobierno de Enrique Peña Nieto (un millón 678 mil bpd). Esto significa que en los hechos México ha dejado de exportar una considerable cantidad de crudo por la caída en sus volúmenes de extracción.

ESTE ES EL PLAN: AMLO

LO QUE está planteado ahora AMLO es que nuestro país utilice el petróleo que extrae –tiene proyectado llegar por lo menos a unos 2 millones 400 mil barriles al final de su sexenio-, no para aumentar la venta de crudo sino para elaborar gasolinas: primero para satisfacer el mercado nacional y dejar de comprar al extranjero, y segundo para darle valor agregado a esta materia prima.

El objetivo, dijo el Presidente en Tabasco y lo ratificó en su visita a las plantas de Pemex en Veracruz, es “rehabilitar las seis refinerías existentes, modernizarlas y al mismo tiempo terminar la construcción de esta nueva refinería, lo cual nos va a permitir procesar alrededor de un millón 600 mil barriles diarios en nuestras refinerías para producir 700, 800 mil barriles diarios de gasolinas, que es lo que ahora en promedio estamos importando”. Un millón 200 mil barriles diarios de gasolina en las seis refinerías existentes y 340 mil barriles diarios en Dos Bocas. Reiteró: “Todo esto, repito, para el 2023. Ese es el plan”.

Esto es, que la idea de AMLO es contar con una capacidad de refinación equivalente al promedio de crudo que se extrae actualmente, un millón 600 mil. Si se llegara a la meta de 2 millones 400 mil, quedarían 800 mil para exportación. Aunque más que apuntar al mercado externo, la meta práctica es dejar de comprar gasolinas al extranjero y la meta política con una propuesta nacionalista…como en los tiempos de Lázaro Cárdenas.

AL MARGEN

PRECISAMENTE ayer se cumplieron 82 años de la creación de Petróleos Mexicanos, por iniciativa del presidente Cárdenas del Río. Esta empresa, que surgió como Petróleos de México S.A. en 1933, tiene actualmente unos 150 mil empleados. Al decretarse la expropiación pasa a convertirse en Pemex, facultada como la única para realizar trabajos de exploración, explotación, refinación y comercialización de hidrocarburos en el país…hasta la Reforma Energética. Aunque en realidad su desmantelamiento formal inició con Carlos Salinas de Gortari. (vmsamano@hotmail.com)