La zona erógena de los candidatos a Centro

La zona erógena de los candidatos a Centro

NOTA BENE

La zona erógena de los candidatos a Centro

Son arrieros y en el camino se han encontrado. Hablo, claro está, de Evaristo Hernández y de Adrián Hernández. No son familia carnal, pero vienen de la misma unidad familiar, del priismo, que los mantuvo juntos, aunque no unidos, durante muchos años. Hoy Adrián Hernández Balboa toma posesión de la candidatura legal y formal del PRI a la alcaldía de Centro, su sueño acariciado desde que la vida le trajo hasta Tabasco. No son circunstancias muy favorables, como las que tuvo Evaristo en el 2015, cuando tiró por la ventana toda la ventaja que traía el partido por las opiniones negativas de los ciudadanos hacia el que fue el primer edil de Centro. En ese entonces Adrián tuvo que ceder sus aspiraciones por las de una candidatura a la diputación local, que ganó de calle, sin problemas, casi sin dinero para hacer campaña y solo con sus propias fuerzas. Evaristo se hundió frente a Gaudiano, que lo humilló, dos veces, en lo que él creía que era su feudo personal. Hoy, a falta de conocer quién será el candidato perredista, la batalla por la capital política del estado todo parece indicar que se dará entre Evaristo y Adrián. Evaristo cuenta con que Adán Augusto está haciéndole la campaña ya que lo lleva a todos lados y hasta le deja la palabra como si él fuera el que necesita ayuda, olvidándose el notario que su propia candidatura al gobierno del estado está siendo apartada a un segundo lugar. Adán le apapacha, le abraza y camina junto a Evaristo, no al revés, Evaristo caminando al lado de Adán, como era de esperarse. Y Adrián cuenta con una formidable estructura propia, que hasta ahora se ha mantenido con un perfil no bajo, sino prácticamente invisible, pero que acaba de despertar para dar la “madre de todas las batallas” para este joven político, bien formado, de trato educado públicamente, aunque con malas maneras en privado, y con un problema psicológico que le incita a la traición hacia sus propios seguidores a los que abandona como limones exprimidos cuando se acaba el activismo. Nada grave sabiendo que es un mal que aqueja a la mayoría de los políticos en Tabasco. La falta de lealtad hacia los que le apoyan, a los que, eso sí, exige sumisión absoluta. Pues entre estos dos, de momento, tendremos que elegir para alcalde en las encuestas. Ambos saben que el dinero es la parte más sensible de cualquier ser humano y tienen el privilegio de que sea para ellos un zona erógena.

Por Antonio López de la Iglesia