Las bravatas de Trump tienen impacto económico

Las bravatas de Trump tienen impacto económico

Las tensiones que actualmente enfrenta el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene muchos frentes; en el ámbito de la política exterior es en donde se centra en este momento. Superado momentáneamente el asunto de las cartas al gobierno español,  el que más apremió la semana pasada fue la amenaza de Donald Trump que va entre cerrar las fronteras y aumentar los aranceles para México y Estados Unidos, debido a la migración que espera en nuestro territorio. Aun cuando López Obrador asumió que no se dejará provocar, porque la exigencia de Trump respecto a la frontera es un asunto eminentemente electoral, sabe que el comercio, y el asilo que otorga año con año el país del norte, no pueden detenerse a capricho; aún con estatutos en mano. 

“El comercio con México supera los 1,700 millones diarios”, según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que alertó que la sola amenaza de Trump crea incertidumbre económica dañina para el crecimiento observado durante este gobierno (Expansión2019). Así comentó Edward Alden, miembro sénior del Consejo de Relaciones Exteriores. Si bien Donald Trump puede ampararse en los estatutos de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, específicamente en  los artículos 212, (f), 215 (a), que se usaron para la prohibición de viajes, además de la ley de Aduanas y Protección de Fronteras, el sustento jurídico no garantiza que permanezcan ante una corte. En términos generales, habla más la impotencia ante un hecho que se está presentando acuciosamente en el mundo: la oleada migratoria mundial, que obedece a la búsqueda de alimentos, y al desplazamiento para una mejor vida, acto puramente humano desde hace miles de años. 

Que Trump no asuma cómo resolver dicha diáspora mundial de los países necesitados y atrasados, es problema de él y la sociedad de naciones del primer mundo que están cerrando fronteras, ante un hecho que en los últimos años se ha incrementado y resulta irreversible.

Es el precio a pagar por la depredación, la usura que se hace de los recursos naturales en los países cuya riqueza es el medio natural, y que las naciones de primer mundo siempre han abrevado. Aunado a la situación de inseguridad, y de gobiernos que no asumen la resolución de sus problemas sociales -como es el caso de Honduras, donde priva la inseguridad, y la corrupción a gran escala. 

DIPLOMACIA, NO GRITOS

Entre los argumentos  que Donald Trump esgrimió está el derecho a la seguridad nacional. Parece que ya se dio cuenta de algunos de los problemas que encontraría si cierra la frontera. Uno de ellos: los portadores de “green cards” y ciudadanos estadounidenses, dijo a CNN el profesor de Práctica de Derecho de Inmigración en la Escuela de Derecho de Cornell, Stephen Yale-Loehr, quien apuntó que “podrían argumentar que hacerlo viola sus derechos de la Primera Enmienda a la libertad de asociación y viaje”.) Tan simple como decir que perro que ladra no muerde, porque el hecho en sí encierra un complejo desajuste económico no sólo para nuestro país, pues debe recordar estimado lector que los llamados “green cards” son aquellas personas que tienen y hacen negocios diariamente en la zona fronteriza de México, y pasan constantemente el puente aduanal, para regresar a su casa en Estados Unidos. 

Por otro lado está la situación de las personas que buscan asilo. El presidente norteamericano tendría muchos problemas legales con el Congreso, y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos.

No se trata pues de gritar amenazas. Trump cree que EEUU  es una de sus empresas donde contrata inmigrantes sin reconocer sus derechos, y donde decide rematar lo que no le conviene. Los padres fundadores del país del norte, previendo esta clase de conducta, crearon un complejo sistema de leyes que debe respetarse, obligadamente, y que no está sometida a negociación: garantía para el ciudadano de protegerse, según sea el caso, sólo asumiendo la ley, y tener quien la haga valer. Pa’ los perros los coyotes, por eso López Obrador hace oídos sordos, y muestra habilidad en la maniobra por ahora. 

SUMAS Y RESTAS

Lo dicho: las palabras de los gobernantes se convierte en hechos. El caso de Donald Trump nos recuerda que una lengua sin control tiene altos costos para la sociedad.