Las capsulas del amor antes del COVID

Un clásico mexicano de Álvaro Carrillo nos dice que el amor es inocultable y de fácil revelación cuando se impregna o lo transpiras por la piel

Un clásico mexicano de Álvaro Carrillo nos dice que el amor es inocultable y de fácil revelación cuando se impregna o lo transpiras por la piel, “Amor mío, tu rostro querido no sabe guardar secretos de amor/ ya me dijo que estoy en la gloria de tu intimidad”.

Las letras de las canciones pueden ser muy emotivas, tener reveladores mensajes, dramas, melancolía, historia o ser graciosas, más si el intérprete es capaz de trasmitir el encargo, es posible que no solo tenga éxito, sino que muchas personas quieran verse reflejados y ser copartícipes de aquella atmósfera. 

Después de una diligente reflexión sobre la letra de varios autores y cantautores que tuvieron éxitos muy sonados en la radio y otros medios, donde el tema principal es el  amor, la conclusión a la que llegamos es una: el amor, no es más que un acto voluntario de generosidad hacia un semejante. Lo curioso del concepto es que aun cuando la definición puede ser concisa, el amor abre un amplio abanico de posibilidades para ser entendido y explotado, de tal forma que quienes las escriben, pueden sacudir el sentimiento de los escuchas, recreando un espacio ideal para las personas en el tiempo.

Y es que la mente humana y el tema parten desde los más intricados sentimientos donde no existen límites, al grado de que se agudizan y remueven hasta el sexto sentido, aun cuando no lo hemos podido explotar al mismo grado que los cinco primeros. Al amor se le dibuja según la perspectiva que nos dan las más diversas relaciones existentes entre las personas. 

Con frases sencillas y en tres o cuatro versos, atraviesan el corazón y pensamiento del ser amado, “no hace falta decir que me quieres/ no me vuelvas loco con esa verdad, no me digas, no me hagas que llore de felicidad”.

Trasmite seguridad, te transforman, te hacen creer en un ser capaz de provocar la desdicha de quienes te vean, al no poder alcanzar aquellos el paraíso del que tú ya disfrutas en la tierra, “Cuánta envidia se va a despertar/ cuantos ojos nos van a mirar/ la alegría de todas mis horas/ prefiero pasarlas en la intimidad”; siendo que el amor es inocultable y tangible, también debe expresarse para no dejar lugar a dudas de la misma existencia, “Olvidaba decir que te amo/ con todas las fuerzas que el alma me da/ quien no ha amado que no diga nunca/ que vivió jamás”. 

Vaya, cuanto mensaje, no deja escapatoria para quien es conquistado. Álvaro Carrillo, fue un cantautor mexicano nacido en Cacahuatepec, en el vecino estado de Oaxaca; escribió más de trescientas canciones de las que se destacan:  Sabor a mí, El andariego, La mentira, Seguiré mi viaje, Un minuto de amor, Sabrá Dios, Amor mío, Cancionero, Luz de luna, y muchas más que seguramente hicieron el papel de cupido en un sin número de matrimonios de aquella época, donde las serenatas eran motivos de presunción. 

Hoy en día este modelo de expresión y conquista poco a poco ha venido cayendo en desuso, esperamos que este catorce de febrero sea el motivo para no dejar que se extinga esta bella manera de expresar al ser amado cuanto se les quiere.