Las cartas de Duarte

Las cartas de Duarte

Puntos suspensivos…

Las cartas de Duarte

Wilber Albert

Hay un juego perverso. Cuando el victimario quiere pasar al otro plano: el de ser víctima. Cuando el acusado busca acusar, y a todas las imputaciones dice no. Cae en el drama de creerse sus propias mentiras, hasta portar el traje de inocente, llevarlo consigo, y quitárselo en la oscuridad, donde nadie lo vea.

Se trata de Javier Duarte de Ochoa, el ex gobernador de Veracruz, quien ha construido una salida de emergencia a los delitos que presuntamente tiene. El hombre que huyó en helicóptero de México y fue arrestado en Guatemala, perseguido por los cargos de enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal, y además rechazar haber robado 35 mil millones de pesos al erario público. Y quien apuntaba: “Las acusaciones en mi contra no tienen fundamento”.

Ahora, como otra opción para demostrar su inocencia, Javier Duarte ha escrito tres cartas desde el encierro.

En la primera plantea el motivo de su huelga de hambre -la inició el 17 de agosto-, y acusa una terrible persecución política producto de una cacería de brujas, señalando como actor intelectual al nuevo mandatario de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares.

Se refiere también a su encierro. Por lógica, ante la falta de libertad, esa libertad que igual pide para sus colaboradores, y por esa razón solicita la inmediata intervención del Consejo de la Judicatura Federal y Estatal para frenar a la juez que lo tiene tras las rejas.

En una segunda misiva es más directa contra Yunes Linares, y lo señala de pederasta, depravador y dictador. De nuevo habla de su ayuno como una manera de solidaridad con sus colaboradores, que de la misma forma están encarcelados. Remata con la palabra “lealtad”.

En una tercera carta, el ex mandatario enfatiza que sus “colaboradores privados de su libertad son rehenes políticos por el dictador Yunes”. Afirma que el actual gobernante veracruzano está enloquecido porque tiene una obsesión: dejar a su hijo como su heredero político.

“Está dispuesto a hacer lo que sea con tal de que suceda”, ya que de eso depende su supervivencia política y económica, insiste. Y cierra las dos cuartillas con su firma.

En los tres documentos no hay nada trascendental. Tal vez sea parte de una estrategia montada para ganar tiempo, y caer en el papel, como decía, de víctima, y dejar a un lado la de victimario. También puede tomarse como un show mediático.

Es curioso, pero su esposa Karime Macías Tubilla igual gustaba de escribir cartas a puño y letra. Fue en una libreta donde se encontró que en varias planas repetía: “Sí merezco la abundancia”, como si fuera un decreto.

Además, en un diario anotó números bancarios, referencias sobre propiedades en México y el extranjero, así como una relación extensa de familiares y funcionarios públicos que servían como socios de su esposo. 

Aunque Duarte no es Dostoievski, quien desde la cárcel pudo escribir algunos libros, entre ellos “Los presidios de Siberia", una novela ficción, cuyo personaje es un hombre que sueña con su libertad. Tal vez, el exgobernador siga soñando en una vida ficción apoyado de sus cartas, sin compadecerse de sus víctimas.

PARÉNTESIS

“CUCO” Rovirosa fue a parar a la PGR. Los que siguieron su ruta dicen que tardó dos horas adentro. Al salir no quiso declarar sobre el por qué fue citado; sin embargo, más tarde trascendió que tiene un adeudo millonario con la CFE. Los plazos se cumplen.