Lecturas indispensables: Chéjov y la sencillez del lenguaje

Lecturas indispensables: Chéjov y la sencillez del lenguaje

Un autor que no debe faltar en nuestro acervo literario es el escritor ruso Anton Chéjov (1860-1904). La sencillez con que describe sus personajes y la situación o la trama que los envuelve es a lo que debería aspirar cualquier literato de escenas alejadas de la rimbombancia o de una intelectualidad de sobremesa.

En el cuentista ruso hallamos la ironía elemental, pero tan necesaria como para incomodar a cualquier personaje en pocas líneas, leamos el siguiente ejemplo: “Casi muerde el anzuelo. Fíjate bien. En cuanto lleguen al  terreno sentimental, descolgarás la imagen santa y entraremos a darles nuestra bendición. De esta manera lo atraparemos. La bendición con la imagen es sagrada. No tendrá escapatoria, ni acudiendo a la justicia”.

De esta manera Chéjov criticaba las costumbres de su época y arremetía a la vez con el sistema de justicia imperante a través de las páginas de los diarios que publicaban sus textos por entregas, y por lo cual este escritor fue creciendo de ser un narrador de textos humoristas hasta llegar a ser un clásico que ha trascendido la barrera del tiempo y las fronteras geográficas.

El estilo de este maestro de la literatura rusa se ha convertido en el modelo o arquetipo en muchos escritores contemporáneos, además de ser un gran referente cuando de brevedad y claridad se habla. No hay narradores que no lo imiten o no sigan sus enseñanzas y consejos para escribir un buen cuento.

Ya el mismo Raymond Carver, uno de sus fieles seguidores en el continente americano, continuó los pasos chejovianos con muy buenos resultados hasta en su trabajo poético, pues se avocó a un lenguaje esencial sin caer en la exageración de lo subjetivo o el anticuado barroquismo a que lleva la demasiada adjetivación en aras de adornar un solo párrafo.

Uno encuentra los elementos comunes bien ordenados en cada línea que conforma una historia chejoviana, vemos el carácter de cada personaje descrito en una brevedad de palabras que nos detiene para disfrutar la lectura de sus narraciones y repasar la forma en que fue escrita la trama antes de toparnos con el inesperado final.

Veamos cómo resuelve Chéjov la conclusión de su historia: “…Por hacer las cosas a la carrera, la mamá descolgó, en lugar de la imagen, el retrato del publicista Elías Serguervich Peplot y su esposa Cleopatra Petrovna… Los padres se quedaron perplejos, sin saber cómo continuar. Schupkin aprovecha esa confusión para escapar”. Esta es la simple razón por la que la lectura de este clásico autor ruso es esencial, y que se debería estar leyendo una y otra vez.

PARÉNTESIS

El periodista colombiano Javier Darío Restrepo, un referente de la ética del oficio en toda Iberoamérica y maestro de la Fundación Gabriel García Márquez desde 1995, falleció este domingo a los 87 años. Restrepo comenzó su dilatada carrera en 1957 y dedicó 27 años de su vida profesional a la televisión, 18 de los cuales trabajó como reportero del noticiero “24 Horas”. También fue columnista de los diarios El Tiempo, El Espectador y El Colombiano. Uno de sus libros recomendables es “El Zumbido y el Moscardón”. (kundera_w@hotmail.com)