Les falta el compromiso y les sobra voracidad

Les falta el compromiso y les sobra voracidad

NOTA BENE

Les falta el compromiso y les sobra voracidad

Miguel Moheno, al que conozco perfectamente bien, echó el toro de la candidatura a diputado al corral, y lo que es peor, al corralito, cuando el PRI ha decidido que suenen los claros clarines. El PRI hizo público un comunicado que no tiene desperdicio y muchas razones para sentirse ofendidos. Hay que cambiar de tercio rápidamente, aunque el toro de Moheno se haya desmandado por culpa de un mayoral verde, más ambicioso que experto. El PRI ha emitido su dictamen sobre la declinación de Miguel Moheno y ha dicho que no vale. No que no cuente, sino que no vale. Eso de consumar la ruptura requiere más trámites y en el ruedo tabasqueño, y más en concreto de Cárdenas, pintan algo incluso los monosabios. El presidente del PRI, Gustavo de la Torre, que no es precisamente un manojo de nervios, ha optado por resolver rápidamente el llamado problema de los que se salen del partido buscando sus “huesos”, que no existiría si la militancia fuera por ideología, es más hereditario que congénito. Y quizá más sentimental que intelectual, pero ya sabemos que piensa el sentimiento en la misma proporción que siente el pensamiento. Aquí el asunto no es otro que Miguel Moheno sabe que si se volviera a presentar a las elecciones a la alcaldía por el PRI, volvía a perder y si se presentaba a diputado local era una humillación, y no puede optar a una diputación federal porque le tiene terror a viajar en avión. Para su fortuna ahí estaba el Partido Verde Ecologista de México por el que una derrota no será ni vergonzante, ni le cerrará definitivamente las puertas a su carrera política. Lo que nadie le puede discutir a la militancia de Cárdenas es su lealtad, que ha sido sometida a las más duras pruebas durante muchos años y ahí está. No es cierto que el PRI no tenga más y mejores candidatos a esa diputación que ha desdeñado Moheno. A mí estas cosas, aunque las vea a distancia, me traen con cuidado y no veo en este jovenzuelo más que su facilidad para sonreír enseñando cuantos más dientes menos ideas. Se conoce que cuando no hay un duro se necesita un hombre duro o por lo menos algo fafarachero, palabra en desuso pero que se sustituye con el vocablo jactancioso. Miguel Moheno no mostró ni orgullo, ni fe, ni ganas de luchar. ¿Qué se le va a hacer?, que decimos en Tabasco a los que no hacen nada. ¿A quién le importa? Sería la conclusión. Jamás he creído que cualquier tiempo pasado fuese mejor. Tampoco lo creía don Jorge Manrique, que era un buen caballero, pero estos que corren son especialmente malos porque muchos de los que aspiran a un cargo público carecen de compromiso y les sobra voracidad, como es el caso del que estamos tratando. Como nadie sabe a qué atenerse no nos atenemos a nada, ni siquiera a él mayor desafío de Tabasco en décadas que es lo que significa esta elección de julio.

Por Antonio López de la Iglesia