Levantarse para trabajar y lidiar con el coronavirus

Existen personas que todavía se levantan temprano para asistir a sus centros de trabajo

Existen personas que todavía se levantan temprano para asistir a sus centros de trabajo. No hablamos de los médicos ni de los policías, quienes cumplen labores muchas veces heroicas. Se trata de quienes buscan afanosamente ganar unos pesos para el sustento de su familia en el día a día.

Pueden ser los vende agua, fruteros, boleros, zapateros, dulceros, panaderos o quienes viajan en bicicletas o motos para repartir tortillas, ellos al igual que otros, o nosotros, están expuestos a un contagio más arriesgado.

Sus tapa bocas suelen ser los mismos de hace una semana, aunque por higiene lo deberían cambiar a diario. Lo singular en ellos es que no tienen recursos para gastar 25 pesos todos los días.

Es en la pobreza donde más se arraiga ahora el coronavirus. Donde casi no hay sobrevivientes. Son los que se unen también a escuchar el eco de la muerte a cada momento por esta pandemia.

Para estas personas no existe el mañana porque viven en el presente. A pesar de que están acostumbrados a sobrevivir, sienten miedo como cualquiera de nosotros, aunque su voz no lo diga, su mirada sí, y es de preocupación.

Recuerdo la comunidad Melchor Ocampo Segunda Sección, en el municipio de Macuspana, enclavada en una sierra donde –en tiempos “normales”- el camión sale a las cuatro de la mañana y regresa a las doce del día.

Si los habitantes que salen a vender sus productos como la yuca, el quelite, frijol o chile no lo pudieron alcanzar, se quedarán hasta el día siguiente.

Ahí no hay médicos, y el maestro rural llega solo dos días. El agua es tomada de un ojo –lo que se conoce como pocito-, el cual es supervisado por el delegado, quien permite que sólo se lleven una cubeta al día por familia.

En esa zona chol viven unas 600 personas, y también se dicen preocupados por el famoso coronavirus.

En una de las pláticas señalan que si alguien se llega a enfermar no habrá poder para salvarlo, porque salir de la comunidad es difícil ante la falta de transporte, además de que un gran número padece desnutrición, diabetes e hipertensión.

Así como ellos, en Tabasco existen varias comunidades apartadas, aisladas, donde sólo se puede llegar, incluso, en lancha, pero eso no significa que el “mal” los olvide.

Tabasco estaba a miles de kilómetros de China, y se creía que jamás llegaría el Covid-19 a estas tierras. Se pensaba que los videos a larga distancia eran de una película de terror o ficción, sobre todo cuando algunos se desplomaban en plena calle.

La entidad vive en carne propia la enfermedad, y los contagios avanzan. Todos tenemos la responsabilidad de cuidarnos, más todavía quienes tienen la necesidad de salir para ganar el sustento de casa en los tiempos del coronavirus.

PARÉNTESIS

Existe un centenar de proyectos de vacunas contra la enfermedad Covid-19, entre ellos una decena en fase de ensayos clínicos, según datos difundidos por la London School of Hygiene & Tropical Medicine. Esta prestigiosa escuela de medicina británica enumera 119 proyectos diferentes de vacunas contra la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2, de los cuales 110 se encuentran en una fase de desarrollo "preclínica". La ciencia tiene que demostrar su servicio a la vida. (kundera_w@hotmail.com)