Liberales vs el BOA conservador /III

No pocos actores y analistas políticos pusieron el grito en el cielo una vez que el presidente AMLO solicitó a la sociedad política y a la civil que definan su posición

No pocos actores y analistas políticos pusieron el grito en el cielo una vez que el presidente AMLO solicitó a la sociedad política y a la civil que definan su posición de manera clara y explícita y no la embocen detrás de una supuesta objetividad en medios y redes sociales o en los sótanos de la clandestinidad financiando acciones y estrategias en su contra.

El actual gobierno federal ha sido muy respetuoso de la libertad de expresión, del diálogo circular expuesto a través de las “mañaneras” para impulsar el debate político de temas esenciales para la transformación del país. No obstante, es el drástico ajuste en el gasto de la publicidad gubernamental lo que no gustó a dueños de los medios y comentaristas, que han utilizado la libre expresión para denostar y desacreditar a la 4T, con medias verdades y muchas mentiras, aprovechando, sin escrúpulos, las desventuras provocada por el Covid-19.

Aquí el vocero oficioso del frente opositor tabasqueño, Manuel Andrade, se regodea acomodando la realidad a sus singulares dichos motivados, quizá, por la envidia de ver a AMLO como presidente y no a Roberto Madrazo. Don Manuel no se quiere sentar sino seguir bailando en las redes sociales mientras sus antagonistas de Morena se mantienen fieles al confinamiento.

Ningún presidente de México ha recibido tantas descalificaciones personales, groserías infames (que alcanzan a su esposa e hijo) y hasta amenazas directas a su integridad física del FRENAAA. Esos que pretenden dar un golpe blando para quitar a AMLO sin mediar elecciones. No en vano el legendario Manlio Fabio Beltrones, ex dirigente del PRI, alerta a sus correligionarios de alejarse de los movimientos golpistas “promovidos por la derecha rancia disfrazada de sociedad civil”.

AMLO es un político democrático liberal y sobre todo honesto que, a pesar de la pandemia del Covid-19, está cumpliendo con su agenda gubernamental para que el Estado regule las relaciones sociales en todos sus ámbitos, por encima del mercado y de cualquier interés particular, de modo que esté en condiciones de coordinar y poner orden en la economía, con el objeto de fomentar la competencia y la productividad de las empresas, así como el libre comercio a través de la puesta en marcha del T-MEC este 1 de julio.

Las inversiones productivas y el libre mercado son esenciales para la consolidación de la 4T. Por eso la primera visita de AMLO al extranjero, programada para el 8 y el 9 de julio, es a Estados Unidos por la entrada en vigor del T-MEC. Sin duda también dará un mensaje de solidaridad a los millones de mexicanos que por necesidad se fueron a trabajar a ese país y que hoy contribuyen con México enviando remesas a sus familiares que, dicho sea de paso, se incrementaron en un 18% en mayo, en contra de lo previsto por los críticos de la 4T.

Los conservadores no tienen remedio, una visita de Estado y se rasgan las vestiduras arguyendo todo tipo de situaciones adversas por el contexto electoral en ese país y por el trato que los mexicanos han recibido de un personaje tan impredecible, nefasto y racista como Trump. Sin embargo, para AMLO correr el riego de ser utilizado por Trump en su pretendida reelección y ser severamente cuestionado, poco vale cuando se trata de superar la crítica situación económica que priva en México.

Después de que las cúpulas empresariales se han puesto sus moños para invertir en el país y proponen que la mayoría pague la salida de la crisis en beneficio de la élite, quieren estar en primera fila con Trump. Qué bueno que algunos ricos de abolengo asumen su responsabilidad como Femsa (Coca-Cola y Oxxo) y Kimberly-Clark que se han apalancado con préstamos de 700 y 500 millones de dólares, respectivamente. 

El que sí se voló la barda fue el gobernador de Michoacán, el perredista Silvano Aureoles que, con una total falta de respeto a la investidura presidencial, se envolvió en la bandera nacional para lanzar una sarta de conceptos patrioteros que recordó aquella época sesentera del “imperialismo yanqui”. ¡Qué pronto se le olvidó su participación en el neoliberal “Pacto por México”!, poniendo en venta sectores estratégicos para nuestra soberanía económica como el petróleo y la energía eléctrica.   

El desarrollo económico con justicia social es clave para fortalecer la 4T y la soberanía nacional en el complejo contexto de la globalización y de la crisis económica provocada por la pandemia. Y es aquí donde la iniciativa privada juega un papel de primera importancia.

Para que el debate político fluya hacia los acuerdos, creo necesario que los distintos proyectos en pugna marquen sus diferencias entre izquierdas y derechas (moderadas y radicales) más que entre liberales y conservadores. Qué bueno que ya los partidos políticos se están definiendo para formar dos bloques: uno a la izquierda con Morena, PT y PVEM; y otro a la derecha con el PRI, PAN, PRD y PMC. Aunque un enroque entre el PVEM y el PMC sería más acertado.