Lo real y lo irreal en tiempos del coronavirus

Poco importa, continúan los asaltos, el dólar sube, mientras el coronavirus avanza

Desde hace unos días leo mensajes de personas al azar en las redes. Lo curioso es que en estos tiempos algunos de ellos coinciden en la vida y la muerte. Tan lejana y cercana, y piensan en estas dos posibilidades con miedo.

Hablan de Dios y las escrituras. Comentan pasajes bíblicos, aunque otros, sintiéndose más románticos recomiendan libros de poesía, ensayos, novelas y cuentos que tal vez jamás han leído.

Algunos más se graban realizando actividades gastronómicas, o invitando a la meditación con la familia, y por qué no, en solitario.

Es una avalancha de ¿noticias?, ¿información?, o simplemente palabras vacías que en la realidad no llevan a ninguna parte.

En estas plataformas igual lloran, ríen, gozan, bailan, golpean, sueñan, juegan a ser magnates o inmunes.

Afuera, en la realidad, los árboles siguen creciendo, el sol cae a plomo, se tiene un horario de verano –que poco importa-, continúan los asaltos, el dólar sube, mientras el coronavirus avanza y sigue matando personas ante una insensibilidad humana que poco se entiende.

De regreso a la irrealidad, no podían faltar esos audios de cardenales, pastores y otros religiosos sobre el acabose del mundo por esta enfermedad que nos tiene en jaque. De por sí existe un pánico por lo que sucede… y todavía se adhiere este bombardeo.

No podían faltar también las llamadas noticias falsas. Al menos la semana pasada fueron más de seis “bombazos” los que se dieron en redes, uno de ellos, la muerte del propio gobernador de Tabasco, antes, la de un empresario, al final todo fue aclarado, se trataba de los "fake news".

Ahora muchos se consuelan escuchando la música del cantautor Luis Eduardo Aute, quien falleció el cuatro de abril. Ese recuerdo los lleva como en un túnel del tiempo a sus años mozos, y cantan “Volver a Verte”, por ejemplo, y se da el desahogo, y olvidan por instantes lo que sucede afuera, siempre afuera.

Octavio Paz escribió un pequeñísimo ensayo titulado “El trabajo vacío”, en el cual apunta que nos queda el recurso de decir que somos el sueño de una divinidad y mucho menos de una anónima voluntad vital.

Y prosigue: Desterrados del cielo y del infierno, la tierra, único paraíso que se ofrecía a nuestra avidez, ha perdido toda su seducción.

Si antes se renunciaba a la tierra por el cielo, por un ansia de vivir, ahora somos unos desgarrados gozadores, unos escépticos sufridores. Poblados por fantasmas, nada de lo que nos mueve… Nada queremos y solo el terror a la muerte, y una oscura esperanza nos hace vivir maquinalmente…

Es el vacío en el que estamos cayendo, y retomamos e imitamos para sentirnos a gusto… pero el camino es el mismo, con odio, alejamiento, culpabilidad, rencor, enojo, poco cambia en cada uno de nosotros, porque seguimos tal vez huecos…

No es la enfermedad, la pandemia, el virus, es uno mismo…

PARÉNTESIS

El Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (Conarte) anunció este sábado un programa para apoyar al sector cultural ante la contingencia ocasionada por el coronavirus que contempla una inversión de más de seis millones de pesos. Ricardo Marcos González, presidente de Conarte, señaló que el programa contempla diferentes subsidios para los grupos de riesgo ante la pandemia, así como apoyo a empresas culturales y creativas. (kundera_w@hotmail.com)