Los candidatos deben responder

Los candidatos deben responder

Del debate pueden existir diversas lecturas, dependiendo de las posturas ideológicas y los intereses personales. Tal parece que a quienes ya tenían candidato no les hizo cambiar de opinión, ni a los indecisos parece haberles ayudado mucho a hacer sus definiciones.

Quizá la lectura misma de que alguien debe ganar el debate es un mal enfoque, porque estos ejercicios deben servir básicamente para que los candidatos discutan propuestas y los ciudadanos comparen con datos cuáles son más viables. Así visto, todos quedaron a deber.

Idealmente, cada uno de los candidatos representa a una parte a la sociedad. Desde luego, todos tienen razones para considerar que los tramposos, corruptos y hasta criminales podrían estar bien representados.

El problema es quién representa al conjunto de minorías que es la mayor y menos favorecida parte de la población. Ese conjunto que en lo abstracto es llamado sociedad o pueblo, en la realidad es una diversidad que además de amplia es extremadamente desigual.

De los pobres de la sierra norte de Puebla que sueñan con no pasar hambre o frío a los pequeños empresarios del sur que necesitan dejar de sufrir los embates de la delincuencia para crecer y generar más empleo, del joven homosexual de clase media preocupado sobre si continuar sus estudios o encontrar trabajo, a la madre soltera ocupada en darle de comer a sus hijos a costa de descuidarlos, México está repleto de ciudadanos que sienten que sus gobernantes les han defraudado. Para todos, el show mediático dejó muy pocas respuestas puntuales.

Las mayorías, protagonistas de la democracia, parecen haberse quedado fuera del debate. No porque estuvieran fuera de cámara, sino porque la sociedad parece seguir siendo incapaz de marcar la agenda sobre qué es exactamente lo que deben responder los candidatos que aspiran a la presidencia de la República.

La apertura democrática significó también el nacimiento de la sociedad civil organizada que ha aprendido a conformarse en grupos de análisis, capaces de hacer diagnósticos, crítica y propuestas con sustento. Por desgracia, pocas veces son tomadas en cuenta estas asociaciones a la hora de plantear políticas públicas.

Valdría la pena exigir desde esta sociedad civil organizada que todos los candidatos respondan con detalle cómo piensan resolver los principales problemas, que son la inseguridad y desempleo, en una misma plataforma en línea donde se detallen los recursos y se fijen plazos para cumplir metas realistas.

Prometer es fácil, ya lo saben los mexicanos. Pero hacer planteamientos con base en el presupuesto disponible, atendiendo las necesidades de la población, estimando la capacidad del personal e infraestructura disponible, es más complicado. Y mucho más necesario que la mutua descalificación.

La democracia en México se ha ido perfeccionando gracias al empuje de una sociedad cada vez más crítica e informada. Habrá que exigir cada uno a sus candidatos que eleven el nivel de debate con más propuestas bien fundamentadas y menos promesas fáciles.

Así, con cada uno de los puntos a detalle, será posible analizar y comparar la viabilidad de las propuestas y los sectores que resultarían beneficiados en caso de aplicarse. Cada ciudadano tendría mejores argumentos para decidir quién lo va a representar.

Habrá que aprender a pensar más allá de debates, en formas que permitan que los  candidatos hagan compromisos de los que, una vez en el poder, no puedan desentenderse. Compromisos para el beneficio de la mayoría y no sólo para quienes los apoyaron a llegar al cargo.

PRIMERA PARADA

Encendieron las luces de alerta en la coalición Al Frente por México, luego del anuncio del gobernador michoacano Silvano Aureoles de sumarse al priista José Antonio Meade abandonando las políticas de su partido, el PRD.  Recordemos que Aureoles fue aspirante a la candidatura por el solaztequismo y le debe un mínimo de solidaridad. Ahora, la dirigencia perredista prepara la expulsión del michoacano, lo que implica un desgaste innecesario.

SEGUNDA PARADA

Muy activa se ha visto a la candidata del PRI al gobierno del estado Georgina Trujillo, quien sabe que tiene un enorme reto frente a dos fuerzas importantes en el estado (PRD y Morena). Ayer propuso otorgar créditos a los pequeños productores, crear el distintivo denominado "Marca Tabasco", brindarles fondos a quienes trabajen la tierra para que se sostengan mientras tienen cosechan sus cultivos. Tabasco necesita acciones para rescatar el campo.

PARADA ESPECIAL

En esto coincide con el abanderado de Morena, Adán Augusto López, quien tiene a un equipo trabajado para detallar su propuesta agropecuaria. Según los colaboradores del morenista, la clave para el repunte regional es tener un presidente tabasqueño. Sea quien sea el futuro morador de Los Pinos, deberá tener en su agenda a los estados afectados por el petróleo.