Los ciudadanos decidirán libremente; los resultados, en las urnas

La Guardia Nacional se encargará de patrullar las casillas para evitar que se quiera alterar el orden o generar caos en los centros de votación. O en su defecto, pretendan robarse las urnas o las boletas electorales

Mañana los tabasqueños tenemos una cita con las urnas. Iremos a emitir nuestro voto a favor de quien consideremos la mejor opción o las mejores opciones. Las autoridades electorales esperan una alta participación ciudadana. Estima que votará el 70 por ciento de las personas registradas en el padrón electoral.

No hay razón alguna para que la ciudadanía no salga a votar, pese a que políticamente se utilizó como estrategia electoral la inseguridad y los hechos lamentables que ocurrieron durante la campaña para sembrar miedo entre la población tabasqueña.

Estas elecciones, lo ha dicho el presidente, serán las más vigiladas de la historia. La Guardia Nacional se encargará de patrullar las casillas para evitar que se quiera alterar el orden o generar caos en los centros de votación.

O en su defecto, pretendan robarse las urnas o las boletas electorales. El fraude electoral ya es considerado un delito grave, de modo que deben tener cuidado quiénes pretendan violentar la voluntad popular. 

Las autoridades además han asegurado que la jornada electoral de este domingo se realizará de manera limpia y transparente, que no hay modo alguno que se quiera alterar la decisión ciudadana.

Esa es su responsabilidad y su deber, garantizar una elección democrática en la que todos los votos se cuenten y se cuenten bien, para que no haya ninguna duda de que quién gane es porque el resultado le favoreció.

Sin embargo, como en todo proceso democrático, habrá inconformidades e impugnaciones que deberán dirimirse en las instancias correspondientes.

Hay actores políticos que intentarán llevar hasta los tribunales electorales federales el veredicto final de las urnas. Es parte de su estrategia, pero el hecho de que impugnen el resultado de la elección no es garantía de que la razón les asiste.

En el juego democrático unos ganan y otros pierden. La gente decidirá libremente y ganará el que mayor votación obtenga. Si la diferencia de votos entre el ganador y el segundo lugar es abismal, por más que impugnen no habrá manera de revertir el resultado.