Los milagros existen…y no me refiero a las elecciones…aunque un poco si

Los milagros existen…y no me refiero a las elecciones…aunque un poco si

Los milagros existen. No cabe duda. Y no hablo de las elecciones. Como es natural me refiero al partido de México contra Suecia que tuvo un final felizmente desastroso. Corea nos dio el empujón, merecido después de los méritos acumulados, y estamos en la siguiente ronda del mundial. Falta que aprendamos de este encontronazo con los suecos que el partido termina cuando termina. Y no estoy hablando de las elecciones, sino del partido de fútbol que a todos nos tuvo en vilo exactamente hasta dos minutos después de terminado porque Alemania siguió viva ese tiempo a pesar que Corea le había asestado un gol que para nada era definitivo del resultado final porque ya se sabe que los teutones tienen cuerda hasta el final y siempre sorprenden. Y no estoy haciendo un paralelismo con las elecciones que se celebrarán el muy próximo primero de julio. Aunque bien visto, al final, el futbol no es sino una metáfora de la vida y tiene mucho que ver con ella. México iba planchadito con el magnífico juego demostrado en sus anteriores intervenciones, especialmente con el encuentro con Alemania, y nada hacía suponer que los suecos iban a jugar a modo de muralla china y que nos iban a neutralizar desde el primer segundo con su juego y con su estatura que nos impidió el juego aéreo. Pero Suecia lo hizo, contra pronóstico pero jugó mejor que nosotros y nos metió tres dardos al corazón que habrán de ser estudiados con vehemencia para que no vuelva a suceder algo así en lo que resta de competición. Y ahora sí, algo muy parecido puede pasar en la cita electoral del domingo porque las encuestas llegan desprestigiadas por completo tanto a nivel nacional como internacional, ambos campos de juego político en el que las casas de medición de la opinión pública han cosechado numerosas derrotas y merecidamente. Han dejado de ser científicas, no tienen en cuenta las manipulaciones evidentes de redes sociales, que inexplicablemente no están reguladas a pesar de que todos los que estamos metidos en esto conocemos los efectos eficazmente perniciosos, y se han mercantilizado al extremo por lo que el mercado de los sondeos de opinión ya ha perdido todo su crédito y solo nos queda lo que debe de ser: Contar los votos uno a uno para tener pleno conocimiento de la verdad absoluta de la decisión del pueblo mexicano que a todas luces diferirá bastante con lo que nos han querido vender los mercaderes de opinión. Todo ha cambiado muy rápidamente hasta el punto de que no hace tanto tiempo bastaba contar con el apoyo de las televisoras y de las radios más importantes del país, aderezado con la pimienta que proporcionaban algunos medios escritos, para manipular convenientemente a la opinión pública. Hoy en día ya no basta con eso y solo con invertir lo necesario en “troles” y “bots” se puede crear una realidad paralela inexistente, virtual, engañosa pero que sirve muy bien a la táctica inventada por el ministro de propaganda de Hitler, el general Goebels, que consiste en la máxima de que una mentira repetida mil veces pasa a ser verdad en el imaginario del pueblo. Afortunadamente todavía tenemos pueblo que vota y ese es el que decidirá quién si y quien no, y en que medida, ocupara el poder en México en los próximos años.