Los partidos políticos obligados a definirse; se aproxima un nuevo examen desde las urnas

*El polémico dicho de AMLO sobre conservadores y liberales *Contra el tiempo: la lentitud de la oposición para reestructurarse

EL PRESIDENTE López Obrador, afirman sus críticos, quiere desaparecer los partidos políticos. Ahora fue una reflexión de AMLO que sirvió a sus opositores para “confirmar sus sospechas”. Y este fue el enfoque que dieron a las palabras presidenciales la mayoría delos informativos y varios medios impresos: sólo debería haber dos partidos, el conservador y el liberal: AMLO, destacaron en sus titulares.

Se refirió el mandatario y fundador de Morena a la intención de sus competidores políticos para formar un frente opositor, como miras a las elecciones intermedias del 2021. Más allá del presunto Bloque Opositor Amplio (BOA), es público que así como PAN y PRD formaron una alianza para los comicios presidenciales en 2018, así partidos como el PRI y Movimiento Ciudadano están buscando la manera de contrarrestar el hasta ahora alto índice de aprobación de López Obrador en las encuestas.

Precisamente AMLO se refirió a dos encuestas recientes. Aclaró que las vio, pero aseguró: “nosotros no hacemos encuestas porque cuestan y no gastamos en eso”. Uno de los sondeos se refería a cómo están los números en la próxima competencia por 15 gubernaturas en el 2021, y otro sobre cómo quedaría la Cámara de Diputados federal, donde actualmente el lopezobradorismo tiene mayoría. Los cargos en el Senado, como usted sabe, van a las urnas hasta el 2024.

Habló entonces de tres escenarios: si los partidos van solos, si el PAN hace una alianza y el PRI hace la suya, y el tercer es si se unen todos los opositores, incluyendo al PAN, PRI y PRD. Sostuvo: “en la primera no les va bien, la segunda les va mejor y la tercera es como el ideal; entonces, están buscando eso”.

Fue cuando señaló: “Pero todo eso está por verse; primero porque se supone que cada partido tiene su programa de acción, su declaración de principios ¿no? No son franquicias, es distinto ¿no? O sea, no es fácil así de que todos (se unan). Entonces, ¿para qué tantos partidos?, debería de haber dos: partido liberal y partido conservador y ya, pero entonces ¿para qué tantos partidos si al final es uno?, es el partido conservador”.

No es, entonces, un planteamiento “ideal” para López Obrador el que haya sólo dos partidos; es una observación.

SIMULACIÓN Y ESTIMULACIÓN

RECUERDO haber tenido un diálogo con el ahora Presidente hace unas dos décadas cuando él buscaba la gubernatura de Tabasco, sobre nuestros conceptos de pluralidad en la lucha política y en la democracia. Él siempre ha criticado lo que en este terreno denomina “simulación”, de manera que su estrategia –con muy buenos resultados- ha sido polarizar. Sin embargo, también recuerdo que a finales de los noventa impulsó en la entidad un frente amplio pluripartidista en el que se encontraban los líderes estatales del PRD, Partido del Trabajo, Centro Democrático y PAN.

De hecho, a AMLO le correspondió construir una verdadera oposición en Tabasco, ya que si bien existían pequeños partidos de izquierda –unos auténticos otros paraestatales-, el contrapeso a la estructura oficial era prácticamente inexistente. En términos electorales ni siquiera llegaba al dos por ciento.

En el contexto nacional también sucedieron muchas cosas, como pasaba en el mundo. Los partidos políticos tienen históricamente un origen remoto, pero en su concepto moderno podría ubicárseles a principios del 1800; los estudiosos ubican su consolidación en el quiebre de la sociedad feudal y el arranque de la industrial. En un principio los distinguían las ideologías y una propuesta de gobierno, una visión de la sociedad desde intereses colectivos. La visión marxista los clasificaba en dos grandes ramas: las de los propietarios y la de los proletarios.

En México, como en el mundo, las izquierdas tienen una añeja tradición de dispersión y diversidad, sólo resuelta parcialmente en 1988 cuando lograron un frente común, el denominado Frente Democrático Nacional. Hasta entonces, sólo dos partidos tenían aceptación: el PRI, obviamente como organización en el poder, y el PAN. Habrá oportunidad de abundar en el tema, sólo comentaré que mientras en varios países hay una larga tradición de lucha entre conservadores y liberales, o de republicanos y demócratas (Estados Unidos), conservadores y laboristas (Gran Bretaña), las izquierdas socialistas se han abierto paso con dificultad y casi siempre mediante una revolución.

En México, para mantener lo que Mario Vargas Llosa denominó “una dictadura perfecta” y Octavio Paz un “ogro filantrópico”, se impuso el autoritarismo unipartidista primero, luego el juego bipartidista y finalmente una simulación pluripartidista. En el año 2000 llegó a tener el país once partidos con registro y seis candidatos presidenciales;  un fenómeno que se repitió en Tabasco con la gubernatura (siete aspirantes).

No hemos llegado al extremo de, por ejemplo, Guatemala, donde en 2019 “compitieron” 19 candidatos, o en España donde en 2017 se contabilizaban hasta 4 mil 772 partidos (nacionales, regionales, locales). La interrogante queda: ¿cuántos partidos son necesarios, qué proyectos están en disputa?, ¿cuáles representan realmente una propuesta política-económico-social distinguible?

AL MARGEN

LOS MENSAJES no son alentadores. La epidemia se alarga y lo peor es que su carga de letalidad no disminuye. Por el contrario, ahora tendremos que contabilizar a quienes no teniendo COVID-19 vieron suspendidos sus tratamientos o aquellos que pudiendo acudir a revisiones preventivas no contaron con disponibilidad de médicos. Hay un fenómeno que no estamos viendo. (vmsamano@hotmail.com)