Los votos cada vez más costosos y una democracia más deficiente

Los votos cada vez más costosos y una democracia más deficiente

*En promedio, cada voto del domingo reciente requirió 446 pesos

*Reducir presupuesto a elecciones y partidos, promesa incumplida

*Izquierdas: el ciclo conocido de la dispersión, unidad, dispersión

LAS ELECCIONES del domingo 4 de junio no sólo resultaron las más impugnadas –las de Edomex y Coahuila terminarán en los tribunales-, sino que son hasta ahora las de los votos más costosos. Según un análisis realizado por la revista Forma y Fondo (No. 181), cada sufragio emitido costó al presupuesto público más de 446 pesos. Tres veces más el costo por voto en las elecciones federales de 2012, de modo que son los sufragios “más caros de la historia”.

Ya sabemos que a mayor costo, a mayor gasto, no corresponde mayor confiabilidad.

Refiere Ernesto Núñez en su reporte para el suplemento dominical del diario Reforma que los datos del Instituto Nacional Electoral indican que  el costo global de los procesos electorales de Edomex, Veracruz, Coahuila y Nayarit  fue de 4 mil 948 millones de pesos. “Si se divide el presupuesto total destinado a estos procesos electorales (4 mil 948 millones de pesos) entre los 11 millones de votantes, el costo de cada voto rebasa los 446 pesos”, apunta.

MENOS VOTANTES, MÁS DINERO

EN EFECTO, aunque el total de ciudadanos en la lista nominal fue de 19 millones 766 mil 554 ciudadanos en los cuatro estados,  sólo acudió a las urnas en promedio el 56 por ciento. Poquito más de la mitad. Se confirmó el principio de que a menor número de votantes, más alto el costo de cada sufragio.

En el 2012, cuando se votó por Presidente de la República, el cálculo aceptado fue que cada sufragio válido tuvo un costo de 112 pesos, aunque aumentó a 300 pesos en 2015.

Como anotamos en otra colaboración, las elecciones en Edomex han sido hasta ahora las de mayor presupuesto en la República y en las que los candidatos tuvieron el tope más alto de gastos permitidos. Todo indica que rebasaron con mucho las cifras oficiales. Ya se sabe que en las elecciones corre mucho dinero por debajo de la mesa.

Aunque a las elecciones en Edomex se destinó un presupuesto de 2 mil 228 millones de pesos, fue en Nayarit –de acuerdo a los cálculos de Núñez- donde el voto salió más caro, casi 500 pesos por cada sufragio depositado en las urnas. El único consuelo que queda en este último caso es que fue la elección menos impugnada. Allí ganó con notoria diferencia la coalición PAN-PRD.

Se ha insistido en que las elecciones en México son de las más costosas en América Latina. Aunque la desaparición del IFE y las reformas para la creación del Instituto Nacional Electoral y los Oples estatales vinieron junto a la promesa de que las votaciones serían menos caras y más confiables, hasta el momento no se ha cumplido ninguna de estas dos premisas.

Lo sucedido el 4 de junio, sobre todo en Veracruz y Edomex, no ofrece buenos augurios para el año próximo. Deberá corregirse todo de prisa y sobre la marcha.

Como le hemos comentado: el costo mayor para la democracia no es sólo el dinero que se destina a las elecciones, sino que muchas veces tenemos como resultado gobiernos disfuncionales. Peor aún: administraciones que dejan deudas cada vez mayores y con ex gobernantes en la cárcel o prófugos.

¿PARTIDO Y OPOSICIÓN UNICA?

EXISTE un juego de estira y afloja con esto de las alianzas. En mi colaboración de ayer ofrecí una apretada síntesis para mostrar como las coaliciones partidistas tienen una larga historia en el país y también cómo la primera gran derrota del “partido casi único”, o si se quiere el punto de quiebre de aquella estructura, fue posible por una sorpresiva alianza de partidos que en su mayoría estuvieron “al servicio del sistema”. Cuauhtémoc Cárdenas fue la figura que logró sumar el apoyo de los más diversos grupos.

Así, revisé los casos de las coaliciones para la Presidencia en 1988, 1994, 1982, 2000, 2006 y 2012; únicamente en 1994 cada partido postuló candidato propio. ¿Qué lecciones habrá que obtener de esto?, seguramente cada partido y dirigencia sacará las conclusiones que correspondan a sus intereses.

Agrego ahora que inclusive el primer gran triunfo de Andrés Manuel López Obrador, cuando se postuló a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, tuvo el respaldo de cinco partidos: PRD,  PT, Convergencia, Sociedad Nacionalista y Alianza Social (estos últimos ya desaparecidos). En la recta final de la contienda, el entonces candidato por el Partido Centro Democrático (PCD), Marcelo Ebrard, renunció a la postulación para sumarse a AMLO.

Como le decía en mi colaboración, este columnista preveía que en el Congreso Nacional Extraordinario de Morena se propondría revisar la política de alianzas de ese partido. Conforme a las prácticas democráticas resultaba deseable que luego de la propuesta, los representantes estatales llevaran la discusión a cada una de sus demarcaciones para recabar el máximo de opiniones, a pesar del corto tiempo. Siempre es mejor contar con partidos que se arriesguen a cambio de tener una mayor participación de los militantes.

Según los reportes del congreso de Morena, fue aceptado el planteamiento de AMLO para no hacer alianza alguna con los “partidos del régimen” (PRI, PAN, PRD, Verde, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza), excepción hecha del Partido del Trabajo”. La votación fue 141 congresistas en contra de caminar unidos con el PT al que consideraron aliado del PRI,  y 366 en favor de la propuesta de López Obrador.

OTROS PACTOS DE UNIDAD

Sin embargo, en su discurso, AMLO dijo que se continuarán las asambleas estatales en las que se firman los pactos de unidad y que concluidas los citados encuentros tendrán una asamblea nacional el domingo 3 de septiembre “para refrendar los apoyos manifestados y ampliar la convocatoria a otros ciudadanos, militantes y dirigentes de partido, movimientos, organizaciones sociales y civiles, que no firmaron en su momento y en los estados que les correspondían”.

Adelantó el dirigente de Morena y aspirante presidencial: “En esta reunión vamos a sellar, en definitiva, el gran acuerdo de unidad nacional para la transformación de México”.

Lo que sigue para Morena es, además de la asamblea de septiembre, que el 9 de julio habrá reunión de su consejo nacional para establecer los mecanismos de selección de sus candidatos a puestos de elección popular; el 20 de noviembre de este 2017, habrá un nuevo congreso nacional donde conocerán y aprobarán la propuesta de gobierno.

Para septiembre, todos los partidos ya tendrán avanzados sus procesos internos. El PRI y el PRD habrán tenido sus asambleas nacionales. (vmsamano@yahoo.com.mx)