Madre solo hay una (II)
EN LA PRIMERA ENTREGA, EL AUTOR NOS ACERCA A SU PERCEPCIÓN Y EXPERIENCIA DEL DÍA DE LAS MADRES
EN LA PRIMERA ENTREGA, EL AUTOR NOS ACERCA A SU PERCEPCIÓN Y EXPERIENCIA DEL DÍA DE LAS MADRES (10 DE MAYO). CONCLUÍA CON UNA FRASE DEL ESCRITOR Y PATRIOTA JOSÉ MARTÍ SOBRE CÓMO TODAS LAS MADRES AFIRMAN TENER AL HIJO MÁS BONITO DEL MUNDO, Y LOS HIJOS A LA MADRE MÁS LINDA. MUY BELLA DEFINICIÓN DE LOS OJOS QUE MIRAN AMOROSOS.
FELICITACIONES Y UN CUENTO
Y CÓMO OLVIDAR esa parte de “El Brindis del bohemio”, en el que Arturo, el bohemio puro, brinda por la madre de él, mientras otros lo hicieron por otras figuras femeninas en su relación con ellos; la parte final del brindis dice así: " ...Brindo por la anciana adorada y bendecida/ por la que con su sangre me dio la vida/ y ternura, y cariño./ Por la que fue la luz del alma mía/ y lloró de alegría, sintiendo mi cabeza en su corpiño./ Por ella brindo yo, ¡dejad que lloré!/ y en lágrimas desflore esta pena letal que me asesina./ Dejad que brinde por mi madre ausente/ por la que sufre y siente que mi ausencia/ es un fuego que calcina./ Por la anciana infeliz que sufre y llora/ y que del cielo implora que vuelva yo muy pronto a estar con ella/ ¡Por mi madre!, bohemios/ que es dulzura vertida en la amargura/ y de mis negras noches es mi estrella..."
Y CÓMO QUITAR esa parte del juego, en el que el diminutivo de mami, mamita o mamacita, se le dice a una mujer a la que se le ve bien, con amorosa enjundia, y buscando cercanía. Aquí recuerdo esa vez en la secundaria con un pequeño texto. Fátima, la que me quitó el tartamudeo: "Fátima estaba en tercero. Bella, bellísima. Yo en segundo. Hablo de la secundaria. Los grupos estaban en un edificio de tres pisos. Ella en el tercero. Yo en el segundo. Yo estaba atento cuando ella bajaba. La miraba embobado caminar ondulante, suave, y con una risa de ensueño. El uniforme guinda falda con tirantes y blusa blanquísima le quedaba muy bien. Como modelo. Su dentadura como para publicidad de dentífrico. Pero el 10 de mayo me armé de valor. Me crucé con ella (venía, yo iba). Y en el preciso instante de nuestras miradas encontradas le dije tartamudeante "Fe Felicidades!, Fa fátima". Ella se sorprendió y sonrió. No me respondió nada. Y pasaron los días. El viernes dos días antes del Día del Padre se asomó por la ventana de mi salón y me llamó. Acudí nervioso. Ella me preguntó "¿por qué me dijiste felicidades el Día de la Madre, Antonio?". "Por mami, mamacita", le dije y salí corriendo antes que me insultara. ¡Qué nervios y ya sin tartamudear. Ah, la bella Fátima, mi medicina. El mero Día del Padre cayó en domingo. El lunes temprano al pasar por mi salón de nuevo me llamó. Acudí temeroso. Al momento de encontrarse nuestras miradas me dijo: "Felicidades, papi". Yo me sentí el hombre más feliz del mundo. Por esas dos palabras de Fátima. "¿Y mi abrazo?", dije. Y nos abrazamos fuerte. Como de película. Nunca olvido su tibieza de cuerpo junto al mío. El encuentro y cercanía de dos corazones palpitando acelerados. Pero sobre todo que su cariño me quitó lo tartamudo.
Y SÍ, MADRE SOLO HAY UNA. La idea no es original, pero es mi versión del cuento con ese título:
"Era 10 de mayo y se reunieron varias amigas en casa de una. Se celebraban entre ellas el Día de las madres. Había comida y cerveza. Pero ya estaban solo en la cerveza. Les atendía el hijo de la anfitriona. Un niño vivaz de 12 años. Ya se habían tomado varias rondas. "Hijo de mi corazón, ve por otra ronda". El niño corrió raudo y veloz. Y al abrir el refrigerador vio que ya solo había una. Y así se lo gritó: "¡Madreee, solo hay unaaaa"! A la madre se le rodaron las lágrimas de la emoción, y les dijo a sus contertulias: "Mi hijo es muy efusivo y amoroso".
FELICIDADES A TODAS ELLAS. Tengan sobre todo salud, paz y alegría. (FIN)