Maltrato hacia niñas, niños, adolescentes

Las tensiones que experimentaron las familias en asilamiento social, los problemas económicos

El maltrato hacia niñas, niños, adolescentes, adopta diversas formas: violencia física, psicológica, abuso sexual, explotación laboral y sexual, desatención o negligencia, y puede ser propiciada por parte de las personas encargadas del cuidado, instituciones o comunidades. Esta situación pone en peligro su desarrollo, dañando su integridad, su salud, estabilidad emocional e inclusive su supervivencia .

Cada año, más de seis millones de niños sufren abuso severo en Latinoamérica y más de 80,000 mueren a causa de la violencia doméstica. Un dato alarmante es, que a pesar de lo que clásicamente se piensa, el principal emisor de violencia contra los niños, niñas y adolescentes es la madre y no el padre. La crisis causada por la pandemia del COVID19 y sus condiciones de confinamiento aumentaron drásticamente la vulnerabilidad a la violencia en la niñez y la adolescencia. 

Las tensiones que experimentaron las familias en asilamiento social, los problemas económicos, la falta de acceso a servicios de protección o enfermar, aumentaron la violencia doméstica, ya que las víctimas, al estar constantemente cerca de su agresor y con la condición de dependencia y de contexto que les impide denunciar, les confirió mayor exposición a situaciones violentas por más tiempo. Así, los menores están enfrentando mayores indices de maltrato en su propio hogar, del cual no pueden huir.

Antes de este periodo, los datos ya eran alarmantes, pues dos de cada tres menores de 15 años experimentaban algún tipo de agresión en el hogar y uno de cada dos era sometido a castigos nocivos en su propia casa. En Latinoamérica, cada día, 67 adolescentes, entre 10 y 19 años, son asesinados, obteniendo una tasa de homicidio cinco veces superior a la media mundial.  

La violencia específica contra las niñas y adolescentes es devastadora. Más de un millón de niñas y adolescentes de 15 a 19 años ha experimentado violencia sexual; una de cada cuatro tuvo que casarse antes de los 18 años y cuatro de cada diez ha sido víctima de violencia de pareja. La violencia de género contra niñas y adolescentes tiene múltiples consecuencias para su desarrollo, ya que se corre el riesgo de naturalizar, desde edades tempranas, hechos violentos graves, lo que puede generar consecuencias irreversibles.

Como vemos, el maltrato infantil es una de las vulneraciones de derechos humanos más graves que existen, paradójicamente, cometida muchas veces por quienes deberían procurar el bienestar de la niñez y la adolescencia. Es imprescindible tomar acciones de difusión y educación a la sociedad para neutralizar esta conducta que a lo largo del tiempo, pasará factura a toda la sociedad en la que estos menores, criados en un entorno violento, repetirán dicho patrón de forma indiscriminada.

Estos chicos víctimas y posteriores emisores de violencia, son los que nos sorprenden cada mañana en las páginas de los diarios con conductas atroces y nocivas. Esto podria prevenirse si se trabaja desde adentro de las familias para erradicar el maltrato infantil y sus devastadoras consecuencias a nivel social. (*Psiquiatra/Paidopsiquiatra, colaboración para PRESENTE)