Medios, política y vieja anormalidad: con COVID y en vísperas de campaña

* Lo que aún resiste: vieja normalidad y coberturas a modo * Decisiones, INE, gobernabilidad y 2021: en ‘modo campaña’

“CUANDO los hechos cambian, yo cambio mis opiniones. ¿Y usted?”, esta réplica del economista inglés John M. Keynes cae como anillo al dedo del presente mexicano y global, luego de que la pandemia COVID19 llegó para quedarse. EEUU, Rusia y China proyectan tener vacunas pronto, pero no está probada su eficacia. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó que “no regresaremos a la vieja normalidad” (julio 23), y advirtió: “pocos países diseñan cambios de fondo para el funcionamiento económico y sanitario”. Sobre un cambio cultural, ni sus luces. Cada nación capotea el temporal mientras “llena formatos y registra estadísticas de la tragedia”. Nótese la contradicción cuantitativa/cualitativa. Frente al dilema de papeleo y personas, los países reabren actividades con medidas muy difíciles de aplicar a gran escala. La densidad demográfica de las ciudades complica protocolos y los rebrotes frenan el optimismo. Por ello, ante los nuevos escenarios, en México es hora de meditar sobre las acciones de gobierno y las propuestas de oposición (si las hubiera). ¿Meditamos con la información suficiente?   

CENIZAS Y DIAMANTES

SESGO preocupante es la exposición de temas exóticos, precisamente cuando la república enfrenta vaivenes dramáticos: oso negro se apunta selfie en Monterrey (julio 20, nota inicial de Hechos TV Azteca), se venden cubrebocas estilo jet-set (julio 21, nota Televisa), qué come López Gatell un domingo cualquiera (Reforma, julio 20), la muerte de Úrsula Múgica Obrador, prima del Presidente, por COVID19 en Tampico (julio 24, Being noticias).    

Cada medio coloca la agenda editorial que considera relevante por diferentes razones (no todas periodísticas). Pueden rastrearse portadas, titulares, notas y tendencias superficiales, junto a problemas fundamentales: salud, economía, seguridad, corrupción/impunidad, distribución de la riqueza y freno a la pobreza.

Si el 2021 electoral servirá de algo, será para distinguir entre lo sustantivo y lo secundario.

          

CONSEJEROS INE, MISTERIOS

LUEGO de un debate intenso, el árbitro electoral (INE) recibió una remodelación (4 consejeros nuevos, julio 23) vía Congreso. Cada consejero gana 2 millones 400 mil pesos al año, lo que duplica el salario presidencial. Hubo estira y afloja en el comité técnico que tuvo a su cargo seleccionar quintetas de aspirantes, con John Ackerman (de la 4T) en el papel de agitador “contra la simulación”, por candidatos non gratos de pasado salinista y calderonista. Finalmente, con todo y fuego mediático, funcionaron los candados para no generar cuotas partidistas en esta selección. Los nombramientos se dieron por consenso sorpresivo. Lorenzo Córdova, titular del INE, lanzó flores al procedimiento y celebró “el triunfo de la democracia”.

El venerable Porfirio Muñoz Ledo, que manda y duerme en San Lázaro, llamó “golpistas” a 90 legisladores morenistas que pedían nuevas quintetas y la reposición del procedimiento técnico. La Suprema Corte dijo “a votar por las quintetas armadas” y desechó la moción. Era periodo extraordinario, con ese punto solitario en la agenda. Otro legislador de la 4T, Gerardo Fernández Noroña, expresó su descontento y después -con ironía misteriosa- sostuvo que los chamaquearon.

Las contradicciones de Morena son de pronóstico reservado, como los roces públicos entre el Fiscal General de la República Alejandro Gertz y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, justo cuando se deben preparar las carpetas de casos jurídicos emblemáticos por combate a la corrupción. Suceden cosas extrañas, que ponen en riesgo el debido proceso. El caso Lozoya, por ejemplo, en cuatro días (julio 21 a 24) mostró más filtraciones que una casa sacudida por dos huracanes a la vez. ¿Estrategia, errores?

    

CAMPAÑA Y DEFENSA

EN UN TEXTO, Jesús Silva Herzog-Márquez, analista ecuánime (virtud rara en las actuales circunstancias), mencionó que “el Presidente López Obrador no ha dejado de estar en campaña y se siente más candidato que gobernante”. La proclividad de AMLO a copar el espacio público (con sus conferencias y giras) hizo que Silva reprochara “el tiempo que debe tomarse el Presidente para gobernar”. AMLO ha dicho que gobernar incluye las políticas de comunicación que hoy son viraje de 180 grados en el Poder Ejecutivo. No se trata de estar en campaña todo el tiempo, sino de comunicar con efectividad el mayor tiempo posible.  

El periodista Jorge Zepeda Paterson (rara avis, también, por su equilibrio interpretativo) expresó una idea interesante: “defender a López Obrador de sí mismo” (Milenio, julio 23). Zepeda Paterson hizo una distinción significativa: con AMLO el círculo rojo (de comentaristas públicos) se queda en las formas y no ve el fondo de la cuestión. Aunque quizás el Presidente hace lo suyo para desviarnos a las formas y no analizar el fondo de un asunto.

Intuición: no ha cambiado la vieja (a)normalidad política. Los hechos cambiaron, pero las opiniones tienen cualidad pétrea. Los mensajes persisten en hábitos perniciosos y México se mueve entre la agonía de lo viejo y la espera de lo nuevo. El calendario político corre demasiado aprisa y la epidemia frena la velocidad de la Cuarta. Mientras, los muertos y enfermos se acumulan peligrosamente.

(vmsamano.hotmail.com).