MEMORIAS

Son pocos los fotoperiodistas como Tomás Rivas, que conservan como “oro molido”

Tenía rato que no disfrutaba la tranquilidad de “Plaza de armas” a las siete de la mañana. Por coincidencia agradable –después de llevar a los cachorros a la escuela- me encontré al maestro Tomás Rivas, con quien charlé largo y tendido.

El diálogo nos llevó a 1988, cuando todavía se utilizaban los boletines impresos anexados con fotografías pegadas a una hoja tamaño carta y eran enviados a las mesas de redacción de los principales diarios de la entidad.

Coincidimos que los tiempos de censura y control informativo llevaron a muchos medios de comunicación a perder la memoria histórica que, en esos años, significó la información que enviaba Alberto Pérez Mendoza, jefe de prensa en ese entonces del Frente Democrático Nacional (FDN) con las reseñas de los recorridos de Andrés Manuel López Obrador por comunidades rurales particularmente.

Muchas mesas de redacción en esas fechas doblaban o rompían los boletines opositores o simplemente terminaban en el bote de la basura. Las inundaciones de 1999 y 2007 en la entidad, hicieron el resto.

Son pocos los fotoperiodistas como Tomás Rivas, que conservan como “oro molido”, el acervo cultural que significó registrar bajo el obturador mecánico los movimientos de oposición a partir del 88 y hasta 1994 cuando nació el “éxodo por la democracia” y su posterior “resistencia civil”.

La memoria histórica pues, del camino que tuvo que recorrer el actual Presidente de la República para llegar al poder, no ha tenido el interés necesario que permita a las futuras generaciones conocer el origen de uno de los movimientos sociales más importantes del siglo XX.

Ni la Secretaría de Cultura, ni los centros de investigaciones sociales universitarios han reparado en que una de las principales razones por las que es importante escribir nuestra historia reciente, es necesaria para entender el cambio de la sociedad actual y el resurgimiento de la sociedad en la que vivimos.

Decía René Romano que escribir sobre historia reciente no es escribir del pasado, sino traer al presente un pasado ausente.

Durante la legislatura anterior, tuve la fortuna de conocer parte del registro fotográfico del maestro Tomás Rivas, quien montó una exposición al respecto en el lobby del Congreso tabasqueño.

Me amenazó el maestro después de la agradable charla, con exponerla completa en el Zócalo de la Ciudad de México.

En verdad, valdría la pena.

Kybalión.- Aún bajo la lluvia, dos fueron los personajes más retratados durante la inauguración de la temporada de béisbol de Liga Mexicana en el estadio tumbapatos.

Carlos Bremer, el empresario y protagonista de Shark Tank, robó cámara desde su arribo a la sede alterna de los Olmecas de Tabasco, donde aseguró que los cabezones serán el equipo sorpresa de esta temporada y elogió las instalaciones del parque recién remodelado.

Sin embargo, no sólo el tiburón mayor disfrutó de la fiesta beisbolera, sino el arropado alcalde de Macuspana, Julio Ernesto Gutiérrez Bocanegra, quien se apersonó en el circuito, cosechando una marabunta de “fans” que le exigieron “selfies” a morir. Vaya, hasta pareciera que siguió de largo y no paró campaña.

La rehabilitación del estadio fue una agradable sorpresa para propios y extraños; el alcalde sólo se dejó querer. No es fortuito, que aparezca ranckeado.