Menos los “graznidos de los pájaros de mal agüero”, las cosas ya no serán como antes

Fue como vernos reflejados en un espejo. El Gobernador, después de pasar la enfermedad y la convalecencia, salía de nuevo a la calles a trabajar, a la revisión de una obra

Fue como vernos reflejados en un espejo. El Gobernador, después de pasar la enfermedad y la convalecencia, salía de nuevo a la calles a trabajar, a la revisión de una obra. Con un reducido sequito y todos con las normas de seguridad que, a partir de ahora y posiblemente para muchos años, nos acompañaran a todos. Mascarilla, distancia de seguridad, y el mandatario con un extra al llevar careta de protección. Adán Augusto nos hizo una traslación a lo que tendremos que acostumbrarnos. La vida ya no será como antes: Despreocupada y hasta cierto punto informal de llevar en Tabasco, que con el clima ayuda a pasar a segundo plano la sofisticada forma de vestir y de usar complementos estéticos de otros territorios. Y del otro lado con esta aparición física, -la primera después de su distanciamiento obligado- también se inauguraba otra etapa política en la entidad ya que ayer mismo se daba a conocer que el Presidente también volvía a las calles y llegará el día 5 de junio a Tabasco, reiniciando sus tradicionales giras en las que palpa el sentir de los ciudadanos sin que nadie le cuente. Sin intermediarios ni interlocutores. El Gobernador, Adán Augusto López, se hizo cargo de un reto gigantesco al inicio de su mandato, ya que se enfrentaba a todos los tipos de crisis en los que puede encontrarse un estado: Plagado de corrupción, la delincuencia sin límites, el sector salud en abandono total y los enfermos muriendo en los hospitales por padecimientos de menor gravedad, el sector educativo con protestas muy firmes y de gran seguimiento de la opinión pública, de todos los implicados: Alumnos, profesores y padres de familia. El campo en abandono total, la economía en mínimos, sin dinero en activos ni liquidez, y la clase política en general en caos y desmembramiento de sus estructuras. Y muchas cosas más que dibujaban a Tabasco ubicado en el problema perfecto que rebasó todos los límites con la llegada del Coronavirus. Fue sorprendente ver como a pesar de estar contagiado con el COVID 19, López Hernández siguió manteniendo el control sobre el estado utilizando, inteligentemente y con habilidad, las herramientas tecnológicas que hoy como nunca nos han dado una idea muy amplia de hasta donde pueden llegar para ser útiles al ser humano. No todos comprendimos que para que Tabasco saliera con bien de la crisis de la pandemia era necesaria la disciplina y la responsabilidad y que para ello no había que salir de la casa, nada más que para lo imprescindible. Las consecuencias todavía las estamos pagando. El virus está por todas partes. Aunque eso sí, tenemos mucho mayor conocimiento sobre el y por tanto su contención se hace un poco más fácil, dentro de lo agresivo que se ha comportado. Mientras que Adán Augusto, durante su cuarentena, no perdía el tiempo en polémicas estériles, confiaba en lo que ha hecho siempre a lo largo de toda su carrera política: Responder con hechos. Fortaleció como en pocos estados el sector salud, que no puede quejarse de falta de insumos ni aparatos y gracias a eso, y no a nuestro ejemplo como ciudadanos, las cosas no han llegado todavía a ser incontrolables. Todo lo demás son juegos de artificio y “graznidos de esos pájaros de mal agüero” que ya hicieron presencia desde el inicio del mandato de AALH.