México, la violencia como sistema; arrancan foros para la pacificación

México, la violencia como sistema; arrancan foros para la pacificación

*Perdonar, pero no olvidar ni ignorar; se trata de corregir

*Más de 235 mil asesinados en diez años; pobreza creciente

*La reconciliación desde abajo, no sólo en las élites del poder

“NO PUEDO olvidar, pero sí perdonar”, afirmó el líder de la reconciliación en Sudáfrica, Nelson Mandela. Fallecido en diciembre de 2013, este activista contra el apartheid y la discriminación se convirtió en la imagen y ejemplo de la política de apaciguamiento. Hoy, comenzarán en Ciudad Juárez los foros para la pacificación y la reconciliación convocados por el gobierno que asumirá el primero de diciembre en la República. Estas consultas se extenderán por todo el país y hasta el 24 de octubre. La reunión última será en la Ciudad de México.

No olvidar para corregir las causas de la injusticia, es la clave de la paz duradera.

Algunos de los ejes temáticos de los foros: reconstrucción del tejido social y pacífica convivencia; desarme, desmovilización y reinserción de los delincuentes; desaparición forzada, ejecuciones extrajudiciales, feminicidios, tortura, trata de personas, tráfico de migrantes, homicidios, secuestros, delitos sexuales, extorsión, desplazamiento forzado, delitos de odio y discriminación; mujeres, niñas, niños y adolescentes, adultos mayores, y comunidad LGBTTTI. La lista es más larga, la realidad compleja.

DESAPARECIDOS E INVISIBLES

MÉXICO vive una tragedia múltiple. Durante el gobierno de Felipe Calderón y hasta octubre de 2017 con Enrique Peña Nieto en el poder se contabilizaban 235 mil homicidios.  El año pasado fue uno de los más violentos en dos décadas: 31 mil 174 asesinatos. La tendencia del 2018 indica que se volverá a romper ese dramático registro. Pero no sólo es, en el país de las fosas clandestinas tenemos también la pesadilla de más de 34 mil desaparecidos. Hay otros mexicanos que allí están, pero son invisibles en su desdicha cotidiana: diez millones en pobreza extrema; un poco más visibles, pero también víctimas de la violencia económica otros 43 millones…que son pobres pero no tanto.

Como lo hemos anotado en otros espacios la reconciliación y la paz tiene que verse de manera integral. Comprender que la violencia criminal tiene también otra cara: la de quienes son condenados a morir de hambre. Sin ignorar a quienes son expulsados de sus tierras y hogares por la dinámica del lucro sin medida. Vuelvo a Mandela: “La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”.

Siendo la reconciliación el eje de la política para los próximos seis años –y quizá más- propongo revisar el concepto que proviene del latín “reconciliatio”, traducido como “la acción y efecto de volver a unir”. Juntar lo que está desarticulado, roto, fragmentado, confrontado. Pero, reconstruir cómo, para qué, hacia dónde.

NO SÓLO COSMÉTICOS

POR LO GENERAL hemos escuchado que la paz, la estabilidad y la seguridad en el país (y de Tabasco) se perdieron por el enfrentamiento político, pero presentado como un pleito de las élites y como si anterior a la competencia entre partidos la vida fuera un paraíso. Pero esto es mucho más profundo y se remonta al sistema de dominio para la acumulación.

Se trata de un proceso de polarización entre los diversos grupos e intereses, la creciente desigualdad. En el caso de Tabasco, para sólo ubicarnos en la etapa contemporánea,  podemos referirnos en especial la irrupción de una industria extractiva –el petróleo- que desplazó a la productiva –el agro-; desarticuló la relación del hombre con su entorno, confundió el crecimiento con el desarrollo.

Me parece que se tiene que hablar también de reconciliación en la economía, la sociedad, naturaleza y muchos aspectos más que llevarán necesariamente a otra escala de valores. Pretender un cambio cosmético -“cambiar para que todo siga igual”, conocido como gatopardismo-, no sólo resultaría evidente sino contraproducente.

Así, en economía habrá que entender la reconciliación con el combate la desigualdad; con una distribución justa y democrática de la riqueza generada socialmente, con incentivos para el desarrollo individual. La pobreza es una forma de violencia que debe erradicarse; el empobrecimiento atenta contra la convivencia.

Como me lo han señalado algunos lectores, nuestro país pero particularmente en Tabasco, es necesario que le revisión de los economía noes lleve a la reconciliación con la naturaleza. No ignoremos que los mega proyectos económicos –casi todos impuestos desde afuera, como bien dice el investigador José Luis Lezama- han sacrificado el hábitat: el usufructo de la madera acabó con una riqueza ancestral; la ganaderización  arrasó con las selvas; el aprovechamiento hidroeléctrico modificó la ocupación del territorio; la incontrolada industria petrolera transformó la población, la cultura, la producción, etcétera.

AL MARGEN

SIN  DUDA que en los foros prevalecerá el tema de la delincuencia. En este sentido, es necesario reconciliar la ley con la justicia, que para el común de la gente aparecen como términos opuestos. Muchas veces la ley es sinónimo de injusticia. Recordemos la conseja popular de que “no se castiga el delito, se castiga la pobreza”. Y la pobreza es también percibida como castigo…

(vmsamano@hotmail.com)