México y su modelo: las finanzas

Sinergias financieras nacionales no utilizadas en México

En México, a primera vista, se observa un buen número de organismos públicos financieros especializados en sus respectivas tareas para sectores claramente definidos de atención crediticia. Pero, también nosotros apreciamos una falta de integración de todos ellos en un esfuerzo para sacar lo mejor para la Nación en su conjunto, considerando que todos ellos laboran hacia ese fin, aun con derechos y obligaciones desde luego limitados como debe de ser.

De hecho, la colaboración financiera existe y es bastante difundida en el sistema financiera pública. Por ejemplo, cuando un ente como Pemex carece de recursos, el Gobierno Federal, de sus propios recursos, aporta un monto para superar la circunstancia momentánea de liquidez de la empresa petrolera, aun siendo endeudados los dos -Pemex y el Gobierno Federal. 

También si un gobierno local está a punto de no pagar sus compromisos bancarios, con consecuencias mayores para ese gobierno, pero también para la clase completa de gobiernos de su tipo, el Gobierno Federal entra para componer, con sus propios recursos (y poder de negociación) la situación. 

El lector puede ver que estos casos son de corto plazo. Algo problemático pasa en alguna parte del sistema financiero público del país, y el nivel superior responde con alguna acción para remendar el problema y darle la oportunidad al deudor de seguir existiendo y tal vez también contar con un mejor perfil de endeudamiento. Pero, desgraciadamente, no son fundamentales para enderezar la problemática de endeudamiento excesivo e improductivo del sector público nacional.

Así, presentamos un ejemplo que nos parece clásico de la falta de sinergia financiera nacional entre dos entes públicos, ambos trabajando a favor de la Nación bajo sus respectivas agendas de trabajo, Pemex y el Banco de México. 

Por sinergia, queremos decir la ventaja extra proveniente de una colaboración entre dos entes que no hubiera existido sin esa colaboración.

Nosotros adoptamos una actitud al tema de sinergia financiera nacional que proviene de nuestras familias y personas. Para el pueblo de México, la evaluación del impacto del sector público en su vida es total. Por ejemplo, no importa que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) suba sus tarifas, y el gobierno (federal o estatal) la subsidia. Igual con las gasolinas. Lo que importa es cómo, después de todas las sumas y restas, el gobierno afecta en forma positiva o negativa el nivel de vida del pueblo, no solo en lo financiero, pero en todo. Y es un grave error, tanto político como financiero, suponer que el pueblo no sabe sacar correctamente sus propias cuentas.

Primero, analizaremos la circunstancia financiera de Pemex en lo que se refiere al tema de la sinergia actual y la que es posible pero que requiere, como todo, algo de esfuerzo. Luego, veremos el mismo tema para el Banco de México. Finalmente, pondremos todo en nuestras conclusiones y recomendaciones.

En esta serie de colaboraciones para PRESENTE, procederé a una revisión de los resultados financieros consolidados de Pemex para los últimos tres años 2019-2021 presentados en https://www.pemex.com/ri/finanzas/Paginas/resultados.aspx


Pemex cuenta con dos actividades principales: la producción de hidrocarburos (extracción) y su transformación industrial. En términos financieros, la primera actividad históricamente (y en la actualidad) deja resultados positivos (antes de la carga fiscal); y la Transformación Industrial esencialmente trabaja con una pérdida que absorbe la ganancia de la extracción de hidrocarburos. 

Por encima de todo vienen las cargas fiscal y financiera para dejar a Pemex con pérdidas netas cada año por más de medio siglo, una situación definitivamente en perjuicio de la Nación, y desde luego para la misma empresa, el Gobierno Federal, las finanzas públicas del país, y la economía nacional que afecta a todo los mexicanos. Si me acompaña, en siguientes entregas haremos la revisión de este caso para entender cómo afecta a la economía nacional y qué se debe hacer. (EL AUTOR ES DOCTORADO EN ECONOMÍA POR LA  UNIVERSIDAD DE PENNSYLVANIA, 1971. COLABORADOR DE DIARIO PRESENTE)