MORENA y su dilema: La izquierda neófita y ansiosa pero necesaria
28/07/2021
Cuando quien gobierna se muestra ingobernable, el resultado de su acción suele desembocar en un caos. Ahora mismo MORENA, con Mario Delgado como presidente, ya amenaza con provocar ese caos, principalmente porque una serie de familias al interior de ese partido se han puesto celosas y no saben realmente cuál es el lugar que ocupan, ni saben hacia dónde quiere llevar el poder que les han dado los ciudadanos. Quizá porque le puede más a su líder en las sombras, Marcelo Ebrard, la soberbia que el sentido del deber. Cuando bastantes de los que se integraron en MORENA, después de un camino esperanzador, que también se instaló en casi todas las fuerzas políticas, los partidos tradicionales sintieron cómo algo les agitaba interiormente. Después de tantos años de Dictadura Perfecta del PRIAN, en los que tuvimos que medir nuestros pasos y atemperar nuestros movimientos, el nuevo tiempo exigía determinación y valentía, dos cosas para las que quizás no estábamos suficientemente preparados ni dispuestos. Las ideologías afloraron con timidez, pero decididas a recuperar su espacio natural. Y tampoco faltaron quienes, temerosos y cobardes, se empeñaron en extender la equivocada idea de que las “viejas” ideologías no servían para los “nuevos” tiempos. Hicieron emerger proyectos políticos nuevos y no demasiado consistentes, aunque estéticamente halagüeños, que anunciaron un proyecto de vida para todos que, de tan nuevo, parecía inconseguible. Pero la figura de Andrés Manuel López Obrador como líder máximo natural venció cualquier tipo de obstáculos y así llegaron militantes de todos los partidos políticos que hicieron el paseíllo ante la sociedad engalanados con banderas y espíritus nobles, obedientes a una sencilla estrategia: eclipsar a las viejas ideologías y partidos políticos. Con el tiempo han desaparecido de la escena incluso los nombres con que se identificaban las ideologías y los partidos que las sustentaban y el último en el tiempo fue el priista Rene Cisneros, que falleció antier vencido por la pandemia. En realidad, con el paso del tiempo tenemos serias dudas respecto a que la fusión de las militancias tenían poco que ver con la conformación de un tiempo nuevo, que fuera mejor para todos los ciudadanos, sino con el acceso y la llegada al poder de las nuevas generaciones. Desideologizadas, pero oportunistas y ansiosas. Así ha sido como muchos han llegado a nuestros días ansiosos de poder, aunque inexpertos para administrar el Gobierno en cualquiera de sus niveles. Es por esto que apuestan por lo espectacular frente a lo útil: muestran unas armas, destacando lo poderosas que son, aunque sepa que no son útiles porque resultan muy difíciles de manejar. Por fortuna en Tabasco teníamos al actual gobernador, Adán Augusto López Hernández, que siempre ha estado conectado a las dos orillas de rio político: con los jóvenes y entusiastas y con los maduros y expertos, a los que logró encauzar para gobernar con bastante equilibrio que, aunque no siempre se mantiene, sí parece bastante razonable el resultado que brinda. La presencia de los jóvenes en el gobierno de Tabasco ha mostrado sus carencias y disfuncionalidades pero también su responsabilidad y utilidades, que después de las primeras experiencias darán su fruto maduro. Al lado de los expertos, a quienes les avala su andadura. El actual Gobierno podría ser muy útil si sirve no solo para resolver los problemas de la ciudadanía, sino también para que la “vieja” izquierda mexicana recobre su fortaleza y consolide su utilidad. Para eso conviene que la izquierda neófita no se obsesione con suplantarle y convertirse en su oposición dentro del propio Gobierno.
- TAGS
- #COLUMNISTA
DEJA UN COMENTARIO