Mucho pueblo para partidos sin dirigentes

Ayer le preguntaron al presidente López Obrador sobre la disputa actual en Morena por la dirigencia

Ayer le preguntaron al presidente López Obrador sobre la disputa actual en Morena por la dirigencia. Un pleito en el que al no haber acuerdos y vencerse los plazos legales, tuvo que intervenir el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Instituto Nacional Electoral (INE) para que las elecciones internas fueran sustituidas por unas encuestas.

En esta ocasión, amable lector, me parece que por su valor histórico y su importancia actual, vale la pena usar este espacio para reproducir íntegramente lo que dijo el fundador del Movimiento de Regeneración Nacional y luego partido Morena, hoy en la Presidencia.  

Tras insistir en que no intervendrá en la vida de los partidos, López Obrador sí expresó su sentir y su opinión. Fue lo siguiente:

LÓPEZ OBRADOR: Yo no opino sobre esto, sí creo que se tienen que poner por delante las causas que se defienden, no los intereses personales por legítimos que sean.

Un partido político, cualquiera, si no tiene principios, si no tiene ideales, si no piensa en el pueblo, en luchar por causas justas no es más que una franquicia, un mecanismo para que ambiciosos vulgares se encaramen en cargos públicos sólo para su provecho, ya sea en lo político porque desean ostentar poder o provecho económico.

Entonces, eso no ayuda a ningún partido. No se debe de luchar por cargos, se lucha por ideales, por principios, incluso buscar que se consiga un ideal. A veces hay campañas para elegir a dirigentes y no se alcanza a entender qué proponen para la transformación de México, qué proponen para que haya justicia, que haya igualdad, para acabar con la corrupción, para acabar con la impunidad, que eso debe de ser lo principal.

‘No, es que yo quiero ser dirigente, porque así trasciendo en lo personal.’ Lo importante es pensar en los demás, si no hay amor al prójimo no se es buen dirigente. El individualista, el egoísta, el que le da la espalda al que sufre no es buen dirigente ni es buen político, es un convenenciero, un arribista, un oportunista, un falsario y ya basta de eso, estamos en una etapa nueva.

Afortunadamente, es la gente la que está empujando la transformación. Lo dije hace unos días, lo repito, el motor del cambio es el pueblo. Y que no se confundan los dirigentes, no debemos nosotros confundirnos, es el pueblo el que manda, es el pueblo el que decide y no nos podemos desprender de eso, eso es lo fundamental, no puede haber divorcio entre dirigentes, entre gobernantes y el pueblo, como era antes.

Entonces, no es para Morena, es en general este punto de vista de que ya al carajo con el oportunismo, con la antigua forma de hacer política de que ‘me voy a colar’ -entre comillas- ‘y no me importa el pueblo’. Ni hablan con la gente, no platican, no recogen los sentimientos del pueblo, porque traen todavía el esquema antiguo, el viejo molde, que hay que terminar de romperlo.

¿Cuál es la práctica antigua de hacer política?

Que el político se reúne con político, desayuna con político, come con político, cena con político y la política es como una especie de relaciones públicas. Ya no, eso era antes, ahora o se toma en cuenta al pueblo o no se va a lograr nada.

Yo sí llamo a los jóvenes a que no dejen de hacer política, que es un noble oficio, pero que hagan política con principios, con mística, con entrega al pueblo, con amor al pueblo, sincero, que se conmuevan ante el dolor, ante el sufrimiento, ante la humillación al pueblo, ese es el político nuevo.

Cuando nada más está en una lucha personalizada, donde no hay ideales, de todo es puro pragmatismo, nadie se interesa, antes a lo mejor, pero ahora ¿ustedes creen que la gente va a estar pendiente de entrevistas o de discursos vacíos en donde el protagonista central no es el pueblo?, ¿les va a interesar? No, la gente está en otras cosas.

Entonces, ojalá se le tenga también confianza a la gente. Si se hace una encuesta y la gente dice: ‘Esta persona’, pues esa es la opinión del pueblo, respetarla. ‘No, me inconformo’, pues sí, todos tenemos derecho a eso, derecho a inconformarnos, pero si es por afán individualista no tiene caso, no tiene sentido, no va a tener éxito nada de eso.

A mí me llama mucho la atención que -lo voy a decir nada más por esta ocasión, dejo la investidura- llevan los dirigentes de Morena, de mi partido -aunque yo tengo licencia porque soy presidente- no sé cuánto tiempo sin resolver lo de la dirigencia, como más de un año y enfrascados en pleitos y todo.

Y se hacen las encuestas y se le pregunta a la gente: si fuesen las elecciones ¿por qué partido votarías? y ese partido está hasta arriba; o sea, es mucho pueblo para tan poco dirigente, con todo respeto, porque no hay dirección, hay un desbarajuste; sin embargo, el pueblo tiene otra idea. Ojalá y los dirigentes estén a la altura del pueblo, eso sería mejor.

Pero también, ¿por qué lo digo?, para que no estén pensando que son indispensables, insustituibles. Afortunadamente Morena es pueblo. (…)”

Hasta allí lo expresado ayer por el presidente López Obrador. ¿No cree amable lector que sobran los comentarios?

POSTDATA

Sigue la interrogante: esperemos que hayan escuchado puntualmente a AMLO quienes hoy se pelean por la dirigencia de Morena.