Mundo de vida, malinchismo, TICS y COVID-19
13/06/2020
Seguimos en el empeño de compartir reflexiones sobre aspectos claves de la sociedad, ante esta pandemia generada por el COVID-19. Para nadie es un secreto que, a partir de su aparición, el mundo y la sociedad fueron afectados; de esto no escapa nuestro país y Tabasco. El mundo de vida sufrió serias alteraciones; en las esferas públicas y privadas las dinámicas y ritmos cambiaron, el espacio público se tuvo que reorganizar de una manera radical, el universo del trabajo, especialmente los servicios públicos, y qué decir de las instituciones de salud, igual de las instituciones educativas: en éstas, la pandemia del COVID-19 evidencia su eficacia de las formas de su funcionamiento.
La lectura clásica sociológica aplicaría el esquema de análisis: la relación entre individuo y sociedad. La preocupación central sería lograr la mayor funcionalidad de esa relación; poniendo atención al espacio público podemos afirmar que nos vemos ante la necesidad de redoblar esfuerzos para optimizar la aplicación adecuada de las medidas y programas que se han emprendido, como son la sana distancia, el confinamiento social, y el aseo. Importante que por medio de la persuasión y el convencimiento se logren mejores resultados, haciendo que los sujetos sociales hagan suyas las medidas que se están aplicando.
En lo que respecta al confinamiento social tiene grandes posibilidades ser efectivo, siempre y cuando la población o los grupos que estén en condiciones de hacerlo, lo apliquen y aquellos que por razones de necesidad tengan que salir apliquen las medidas de contención sugeridas. En el caso de Tabasco, parece ser que esto es muy complicado, debido a las condiciones económicas difíciles que un grueso de la población tiene; para esto es necesario tener una estrategia de apoyo, de seguimiento, para que se practiquen las medidas de control sanitario propuestas solo se podrá realizar si la mayoría de la gente asume su propia responsabilidad. Mediante el cuidado de sí mismo es como puede cuidar al otro, es mediante una intensa campaña de información, y de difusión e experiencias positivas y de buenos resultados, como la gente, entenderá la importancia del cuidado de sí mismo.
En la esfera privada, tenemos que poner mayor atención. El COVID-19 pegó directamente a esas relaciones desiguales existentes y que no se han podido resolver; me refiero a los roles y responsabilidades dentro del hogar y las familias. El funcionamiento de una sociedad tiene mucho que ver con la armonía dentro de la familia, el papel de ego, de mando, de dirección; tiene ya algún tiempo y actualmente que en muchos casos recae esa responsabilidad en la mujer, en lo referente a la aportación económica, el papel de proveer en muchos hogares; es evidente que en la actualidad el papel del proveedor, ya no solo recae en el Macho Alfa, lo que implica efectos directos, en las formas de control y de dominación en las familias y al interior de los hogares. Si a eso le agregamos el uso del espacio -es decir, las formas de desenvolvimiento dentro de la casa-, el mundo privado de cada persona, el cual exige respeto a su intimidad de las personas, y lo cual influye en su comportamiento en sus formas de actuar, esto se agudiza en forma problemática cuando en las viviendas encontramos hacinamiento. Significa que el número de personas es mayor a la capacidad de espacio del hogar, provocando situaciones de violencia, de diferente índole.
Otro aspecto es el tiempo, el cual es un elemento clave, sustancial en una sociedad competitiva y productivista, como la que vivíamos antes del COVID-19. El mundo del trabajo se vio influenciado de discursos plagados de búsqueda de excelencia, calidad total, polivalencia, entrega justo a tiempo, y cero inventarios; el objetivo era la productividad, aun a costa del tiempo de vida de los trabajadores, de las personas; además de vivir en una sociedad de consumo, en la que se fueron imponiendo estándares y formas de vida con medios ficticios, de realización.
Todo esto afectó directamente a la familia, donde en varios casos, tanto el padre y la madre tienen que trabajar para tener ingresos económicos que les permitan poder cubrir los niveles de consumo, que se exigen, como manifestaciones de logrado el éxito. Por eso el endeudamiento con las tarjetas de crédito, y la espantosa molestia de formas de cobrar de los bancos, que hasta en horas inadecuadas te buscan, para cobrarte, la usura galopante, con los intereses infames que cobran; la necedad de comprar un coche del año, el apartar paquetes turísticos en pagos, sin tener la solvencia económica; la compra en tiendas departamentales, con la fantasía de que tu mundo es totalmente de lujo.
Tener a tus hijos en escuelas privadas, comprar cosas de marca, como muestra de prestigio; comprar muebles que nada tienen que ver con el estilo de nuestro hogar y el buen gusto; consumir cosas que nada tienen que ver con nuestros orígenes y nuestra idiosincrasia. Junto a esta serie de calamidades, se cayeron esos héroes deportivos, actores malísimos, locutores, periodistas chayoteros; se cuestionaron esas terapias de dudosa calidad científica, y el consumo de productos para el cuerpo, con la meta de mantener lozanía y una permanente belleza, que aseguren medidas antiarrugas.
SOCIEDAD ENFERMA
Si la pandemia del COVID-19 atacó al mundo superfluo en el que nos desenvolvíamos, la parte más grotesca es la referente a la alimentación: dime qué comes y te diré quién eres. Hace algunos años un caricaturista mexicano llamado Rius escribió y dibujo sobre el tema de la alimentación en un texto que título “La panza es primero”, aplicación coloquial de un fuerte problema en la sociedad mexicana y en consecuencia en Tabasco. En tiempos de antes, nuestra alimentación y base de proteínas estaba en alimentos naturales y no en alimentos sometidos a conservadores químicos, y que son aplicados en los ingredientes que se usan para hacer esas deliciosas hamburguesas y pizzas que tanto gusta comer a la gente. En el mundo globalizado se atacó fuertemente al mundo local y sus productos alimenticios. Tan solo un ejemplo: el alto consumo de refrescos, producto con altos niveles de azúcar, por eso no es gratuito el desbordamiento de padecimientos y enfermedades crónicas en la población de nuestro país y de Tabasco. El COVID-19, es cierto ataca a todos, pero los grupos de mayor riesgo son los diabéticos, los hipertensos, los obesos, los que tienen un sistema inmunológico débil; la perversión del modelo de alimentación de las últimas décadas nos llevó a descubrir a muchos de nosotros, y en varios casos demasiado tarde, primero te enferman, y luego te tratan de curar. La población no solo en México, sino a nivel mundial, se vio sometida a un sistema de salud irresponsable, con sus claras excepciones.
Finalmente, quiero exponer que son dos preocupaciones, las que se presentan constantemente en mi análisis sociológico, y con la pandemia del COVID-19 se han exacerbado, y que por cuestiones de espacio solo las voy a comentar brevemente: uno es el malinchismo en la sociedad mexicana y su manifestación en Tabasco, un fenómeno que considero tiene repercusiones muy negativas en el tejido social.
El otro punto, es el relacionado con las TICS, las tecnologías de la información y la comunicación hoy, y su papel en el mundo y la sociedad, ante la enorme circulación de Fake News, en las redes; algo alarmante debido a las terribles consecuencias negativas que provocan en las mentes y conductas de las gentes, además los nuevos mitos de las series, creados por NEFLIX. Un mundo por analizar y ver.
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