OPINIÓN

Ni polarización ni “guerra santa”
04/02/2022

Tómese en cuenta, que hasta la saciedad se ha dicho que el PRI

En opinión del periodista mexicano Epigmenio Ibarra (Milenio, 2/02/2022), “la derecha conservadora libra –y miente cuando lo niega- una guerra sin cuartel contra (el Presidente) Andrés Manuel López Obrador; no busca derrotarlo en las urnas, desplazarlo con métodos pacíficos del poder. No lo considera un adversario político, sino un enemigo al que es preciso exterminar a toda costa”.

Y subraya Don Epigmenio: “Están en guerra contra el Presidente, todas y todo el tiempo y en todos los frentes; en los medios, la redes, el Congreso, los tribunales, los altos círculos empresariales y hasta en las tertulias familiares y sociales. Pretenden, con ese odio y ese miedo cerval a su enemigo, contaminarlo todo”.

Es la suya una “guerra santa”, afirma el cineasta; “la peor, a mi juicio de todas las guerras” y luego advierte “ciega y rabiosa continuará, me temo, la derecha conservadora su guerra santa contra el Presidente más votado y con más respaldo popular de la historia”, hasta aquí parte de lo escrito por Don Epigmenio.

Respetable tal opinión, pero sin embargo hay que observar, por una parte, que al utilizar la palabra guerra --término que, por cierto, a AMLO no le gusta-- como que al final del día, si se analiza con detenimiento quizá sería mejor ocuparlo para otras circunstancias.

Realmente lo que en verdad podría decirse que hoy se vive en el ambiente nacional, son escaramuzas en medio de la lucha facciosa entre algunos actores de la política, quienes están tratando de conservar (o recuperar) sus cotos de poder.

Tómese en cuenta, que hasta la saciedad se ha dicho que el PRI gobernó durante ocho décadas; en tanto que en MORENA –dentro de sus filas hay muchos personajes de los que todavía se recuerda militaron en el dinosaurio tricolor-- no hay duda, pues así lo dejan entrever, que llegaron no para estar un sexenio sino los que se puedan ir acumulando a partir de ahora.

Bajo esa tesitura, Don Epigmenio quizá no le da relevancia al hecho de que, si bien AMLO luchó por más de dieciocho años para llegar a la Presidencia, buena parte de la efervescencia que hoy se vive  --cuando sus opositores cuestionan su gobierno  y particularmente sus proyectos-- deriva de lo que en su momento él y sus seguidores hicieron y siguen haciendo al cuestionar los gobiernos emanados del tricolor.

En otras palabras, no es nuevo lo que está ocurriendo ni es una guerra, sino el resultado de cómo se están viviendo estos momentos. De ahí que harían muy bien, aquellos que hablan de guerra, en desechar ese término, porque ello en vez de ayudar hace más ríspida la convivencia política.

Por si eso fuera poco, y aquí viene algo más grave. Al hablar de una “guerra santa”, sería interesante saber qué es lo que se quiere decir, porque tal expresión, tiene también sus bemoles, la pradera está seca. Como que hay que reflexionar muy bien lo que se dice, sobre todo si vemos lo que han vivido aquellos lugares donde, en verdad, ha ocurrido una guerra de esa naturaleza.

En los momentos que vive México, lo que sí se debería privilegiar es lo que ha dicho el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, cuando exhorta a los senadores de MORENA a estar unidos. Algo que debe ser práctica en cada partido, en cada colectivo. Pero también, mantener la unidad, esa unidad que tanto urge tengamos hoy los mexicanos para poder avanzar en el proceso de transformación nacional que impulsa el Presidente.

Seguir polarizando el ambiente con expresiones, cuya connotación da pie a esos ambientes de crispación, odio, rencores o violencia, en nada ayuda. Por el contrario, dificulta el camino y con seguridad retrasará logros que otros países con menos riqueza que México, tienen en crecimiento económico, cultural, social, económico, social, salud, educación, en productividad, etcétera.

Es cierto que AMLO ha sido sin duda el más votado y con mayor respaldo popular de la historia, el cual podría decirse sigue teniendo; pero ello no impide ni es motivo para que no haya cuestionamientos a un gobierno. El mismo mandatario conoce que el pueblo sabio, en todo momento sabe diferenciar las cosas y sí es necesario también cuestionar a sus autoridades.

Siempre en cualquier ejercicio de gobierno surgen las críticas o cuestionamientos públicos tienen que verse como la oportunidad para hacer mejor las cosas y demostrar, en todo caso, que las críticas o ataques de los opositores son infundados. (altar_mayor@yahoo.com.mx)




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