Niños, niñas y adolescentes trans, viven vacío legal de género

“Yo nena, yo princesa” es el libro del caso de Lulú, la niña argentina trans que nació con gentiles masculinos, pero que desde siempre se percibió como mujer

“Yo nena, yo princesa” es el libro del caso de Lulú, la niña argentina trans que nació con gentiles masculinos, pero que desde siempre se percibió como mujer.

Su madre luchó durante cuatro años para que se reconociera el derecho de su hija y obtener el acta de nacimiento de acuerdo a su identidad.

“Cuando empezó a hablar, lo primero que dijo fue yo nena, yo princesa”, recuerda su mamá, quien recientemente participó en un conversatorio.

¿Cómo se ve este género? ¿Qué hacer cuando los niños o niñas empiezan a comentar sobre sus cambios?, son apenas algunas preguntas de la negación que la misma sociedad tiene hacia estas personas.

En México, la especialista en el tema, Tania Morales Olvera, quien dirige la asociación “Por las infancias transgénero” (https://infanciastrans.org/), apunta que la discriminación es y será una constante, pero como abogada lo más grave es que las instituciones no respaldan a la infancia ni adolescencia trans.

“No existe ninguna legislación en el país conforme a derechos humanos para que se les entregue su acta de nacimiento, a pesar de que desde el 2017 se estableció por el sistema interamericano de derechos humanos cómo debe ser el procedimiento, y que el Estado está obligado a hacerlo, y luego de tres años no se avanza”, indicó.

La activista mencionó que en la Ciudad de México existe un dictamen probado desde 2019 y que no se ha presentado para ser votado, y ese documento creaba justamente tal procedimiento.

“La secretaría de Educación Pública no tiene como obligatorio en escuelas públicas o privadas que se respete el género y el nombre, así como la vivencia de género de niñas, niños y adolescentes trans, cuando es un derecho humano protegido internacionalmente”, acotó.

Explicó que falta que la secretaría de Educación emita un protocolo para que todas las escuelas deban estar obligadas a respetar nombre y género a pesar de no contar con actas de nacimiento.

“Las personas mayores de 18 años pueden hacer su cambio de acta de nacimiento, porque hay diez estados de la república que lo permiten, pero desde su infancia no, y como sus documentos vienen con otro nombre, crea un problema para esta población”.

Tania Morales igual cuenta la historia de vida con su hijo trans, quien desde los 15 años cuenta, a base de amparos, con su acta de nacimiento, pero por mala fortuna no todos tienen las posibilidades económicas para dicho proceso, cuyo gasto es de aproximadamente 120 mil pesos.

Afortunadamente cada día hay más información para que los padres puedan entender sobre esta situación de inclusión.

Como dato, en México de acuerdo a la encuesta Infantil y Juvenil que realizó en 2018 el Instituto Nacional Electoral, 86 mil niños, niñas y adolescentes no se identifican con el género que se les impuso, lo que representa el 1.6 por ciento de los cinco millones que fueron consultados.

Tania refiere que hoy se tienen dos trabajos, primero, como sociedad se necesita aprender sobre la diversidad, y lo otro, es que los congresos e instituciones deben proteger a esta comunidad.

PARÉNTESIS

La Comisión Australiana de Comercio e Inversión (Austrade), en colaboración con la plataforma inglesa de aprendizaje social FutureLearn.com, lanza en México el programa Study with Australia, el cual da acceso a lo mejor de las universidades de ese país, de manera gratuita.