Noroña, siendo nada más que diputado de a pie, da miedo

Estamos viviendo un fenómeno político muy curioso: Mientras que el apoyo ciudadano hacia Andrés Manuel López Obrador sigue intacto, de forma paralela

Estamos viviendo un fenómeno político muy curioso: Mientras que el apoyo ciudadano hacia Andrés Manuel López Obrador sigue intacto, de forma paralela, se ha despertado una alarma social incuestionable por las actitudes de ciertos aliados de MORENA, la 4T y por lo tanto de su líder AMLO. Si nos apegamos a la explicación de que lo primero que pretende AMLO es la reconciliación de México todo se entiende. Es natural que para conciliar entre dos partes se cuente con las dos partes. Aquí el asunto es que todo parece indicar que no se les va a pedir responsabilidades por sus implicaciones en determinados hechos que incluso pueden ser considerados delictivos, y eso está levantando ronchas que pican. En esta situación la pregunta es ¿estamos dispuestos a perdonar? ¿Así sin más? ¿Sin que devuelvan los bienes que han acumulado a partir del delito? ¿Es suficiente con que nos lo pida implícitamente, (no explícitamente), el que hemos consolidado como líder de este país para los próximos seis años, AMLO? El folklórico diputado Fernández Noroña quiere ser presidente de la Cámara de Diputados a como de lugar y en esas anda haciendo acopio de cómplices a los que promete borrar de México a todo priista y panista que se le presente por delante de sus aspiraciones y, de paso, colocarse en la carrera a la Presidencia de la República porque el mismo dice que si “algo le pasara al Presidente, quien pasaría a ocupar la silla del Águila sería el líder de los diputados” o sea el mismo, si consigue someter los compromisos de MORENA a sus caprichos. A tal fin Noroña ha lanzado su campaña de desobediencia a las propias peticiones de respeto a los compromisos de AMLO y, de momento, ya tiene el lema: "Soy el Presidente de la Junta de Coordinación Política que exigen todos los mexicanos". Su propósito confesado es echar a todos los priistas y panistas de las esferas de poder. Se trata de derruir el sistema político, aprovechando que está en tenguerengue. El programa de festejos de septiembre garantiza que no nos vamos a aburrir, cada uno con su abanico en la Cámara de Diputados. A la gallina de los huevos de oro, la democracia, la estamos dejando sin cresta. Y da miedo lo que vemos que está organizando el tal Noroña. Necesitamos diputados con mucho valor que le paren los pies. El valor consiste en aguantarse el miedo, que dijo el torero Belmonte, el viejo monarca de los cráteres ibéricos, pero ahora Mario Delgado, hablando en nombre de todos los morenistas, incluso de los que no quieren oír, ha dicho que “no tenemos miedo ni lo tendremos nunca”. Ojalá sea verdad, pero el pavor ha salvado muchas vidas. Más que los niveles de alerta, que no son los mismos para todos. Son asuntos que empiezan a cuestionar nuestro futuro y que merecen una pronta respuesta acompañadas de una estrategia acomodada a las circunstancias. Si queremos que México y Tabasco caminen hacia la modernidad que siempre se nos ha escapado necesitamos la reconciliación. En eso parece que estamos de acuerdo de forma unánime. El asunto es si estamos preparados para convivir con aquellos que han saqueado nuestro patrimonio, y que disfrutan de ese importantísimo saqueo a la vista de todos. Para algunos de nosotros fue una hazaña sobrevivir, pero para los que los que son adolescentes ahora, va a ser una epopeya imposible. Por eso están cansados y ofendidos.