Norte vs. Sur en el contexto de la 4T

Norte vs. Sur en el contexto de la 4T

Los 10 gobernadores del norte integrantes de la Alianza Federalista están desesperados, muy exigentes y hasta altaneros con el presidente AMLO. Se han convertido en los críticos más acuciosos de las acciones sanitarias y económicas emprendidas por el gobierno federal para combatir el Covid-19. Su principal reclamo es un nuevo pacto fiscal que les permita obtener mayores recursos y su principal amenaza es salirse del pacto federal si no son bien recibidos en Palacio Nacional.

A pesar del inusual y ofensivo comportamiento de los gobernadores, el presidente AMLO ha aceptado reunirse con ellos bajo la condición de evitar politiquerías electorales, pues se sabe que algunos de ellos andan apurados en cambiar su título de virreyes al de emperador.  

La dualidad del desarrollo económico entre el norte y el sur que ha persistido durante décadas anuncia un nuevo desencuentro por la cobija presupuestaria. Esta dualidad se acentuó durante la etapa neoliberal de libre comercio, pues mientras los estados fronterizos y algunos del Centro del país recibieron un fuerte impulso a sus economías, los del Sur-Sureste quedaron prácticamente en el abandono. Eso sí aportando ingresos al país por la venta del petróleo, el gas y los atractivos turísticos que de alguna manera han servido para apuntar el crecimiento económico del norte. Pero eso ya se les olvidó a los conspicuos federalistas.

El caso de Tabasco es ilustrativo por la gran aportación de recursos públicos que transfirió a todo el país, al igual que Campeche, por la producción de hidrocarburos. Sin embargo, ahora que las inundaciones vuelven a afectar a cientos de miles de tabasqueños recordamos el compromiso que hizo el entonces presidente Felipe Calderón, luego de la gran inundación de 2007, de implementar el Plan Hídrico Integral en tres etapas que comprenderían los años de 2007 a 2012, con el objeto de “disminuir al máximo las condiciones de riesgo y vulnerabilidad a que está sujeta la población, sus actividades económicas y los ecosistemas ante la ocurrencia de fenómenos hidrometeorológicos extremos”.

Este objetivo no solo no se cumplió, sino que además Calderón golpeó presupuestalmente a Tabasco con un nuevo pacto fiscal (2007) que privilegia a la población en lugar de la producción como criterio para el reparto de las participaciones. 

También recordamos los cinco ejes viales que prometió y firmó Peña Nieto, de los cuales solo uno, el de Indeco, se hizo realidad.

Han sido muchos los compromisos electorales que la tecnocracia neoliberal no cumplió con Tabasco ni con Campeche ni con los demás estados del Sur-Sureste. Desde que Carlos Salinas llegó a la presidencia del país los gobernadores tabasqueños han exigido un trato justo por parte de la federación, al igual que lo han hecho los gobernadores de esta región.

Y ahora que el presidente AMLO voltea a ver a los estados del Sur-Sureste, impulsando grandes inversiones para la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el proyecto Tren Transístmico, los 10 gobernadores aliancistas ponen el grito en el cielo y reclaman un nuevo pacto fiscal para obtener mayores recursos.  

Llama poderosamente la atención que el pacto fiscal cuestionado por dichos gobernadores se aprobó con el voto de algunos de ellos en su carácter de legisladores federales del PAN, lo cual no hace más que ver sus verdaderas intenciones de desacreditar el proyecto transformador del presidente AMLO y contribuir a la lógica de los que pretende su renuncia (Frenaaa 1y 2) sin esperar los tiempos democráticos. De los gobernadores de Morena ya recibieron respuesta puntual sobre sus negras intenciones políticas.

Para el presidente AMLO los principios de justicia e igualdad no solo tienen que ver con las relaciones sociales sino también con un desarrollo regional más equilibrado. Por eso es importante dejar pasar las siempre apasionadas elecciones para convocar a una Convención Nacional Hacendaria, a fin de que, en el contexto de la 4T, se puedan reducir las disparidades que hoy se presentan entre los estados y la Federación y entre el Norte y el Sur del país.

Cambios en el gabinete estatal de Tabasco

En medio de inundaciones, pandemia y crisis económica, el gobernador Adán Augusto López Hernández realizó los relevos de la mayoría de los miembros de su gabinete que solicitaron su renuncia para contender en las próximas elecciones, cuya fecha límite se estableció para el 31 de octubre.

Destaca el nombramiento de José Antonio de la Vega como secretario de Gobierno, quien deberá de redoblar esfuerzos para evitar que las inconformidades de una sociedad tabasqueña golpeada por las adversidades superen la capacidad institucional para ofrecer soluciones adecuadas a sus demandas. Sobre el nombramiento de Sheila Guadalupe Cadena Nieto en la secretaría de Desarrollo Energético, se han generado dudas razonables por su juventud y escasa experiencia no solo en la administración pública sino en uno de los sectores estratégicos más importantes para el país y para el estado.