NOTA BENE

A las puertas de Palacio de Gobierno…la rubrica

Hay un dicho, eminentemente periodístico, que define con claridad algunas situaciones ambiguas y confusas: “Si camina como pato, si tiene pico de pato, si grazna como pato… ¡Es un pato!” Si nos atenemos a como caminan, a como hablan, y lo que hablan, lo que hacen y lo que dejan de hacer, Andrés Manuel López Obrador es el Presidente de México (muy superado su estatus legal de Electo) y Adán Augusto López Hernández se encuentra en idéntica situación, solo que en el cargo de Gobernador de Tabasco.

Se pueden poner infinidad de ejemplos que se han sucedido desde el 1 de julio para sostener esta afirmación, pero me quiero referir en esta ocasión a lo que ayer sucedió en Palacio de Gobierno en Plaza de Armas de Villahermosa.

La escenografía no dejaba lugar a dudas: En la entrada principal de Palacio el gobernador saliente, Arturo Núñez, en la puerta, de pie y esperando, solo, con las manos cruzadas, mirando la calle por la que esperaba a sus contrapartes. La llegada de AMLO y Adán no se hizo esperar demasiado: Pasaron unos minutos y aparecieron los invitados, los protagonistas de este evento, que se anunció como desayuno cordial, pero que tuvo muchas más lecturas que no se podrían resumir en esta especie de crónica, con una pincelada de análisis, escrita al vuelo de los acontecimientos.

AMLO llegó con paso firme, pero no apresurado, disfrutando el momento, pero humilde. Y López Hernández queriendo, y consiguiendo, estar en un segundo plano permitiendo que fuera su jefe político el que llevar la batuta de lo que a partir de ese momento iba a ocurrir.

Andrés Manuel le ofreció su mano a Arturo Núñez y este la estrechó con amabilidad para, inmediatamente, cruzarse unas palmadas en la espalda, ambos, aunque no hubo abrazo ni ninguna otra muestra de afecto o complicidad especial que pudiera haberse dado en otras circunstancias, dados los antecedentes históricos de su relación en otros momentos de la historia.

A continuación la foto clásica en la que los mandatarios miran a las cámaras esperando que inmortalicen el momento y den fe de la civilidad con la que se comportan ambas administraciones: la que va a entrar, la que de alguna manera ya está ahí, y la que sale, y que parece que ya ha salido.

Adán Augusto, esperando respetuosamente el “momentum” que solo les pertenece a AMLO y a ANJ, es invitado por el Presidente a saludar a Arturo Núñez, cosa que hacen siguiendo escrupulosamente el guion, aunque muy brevemente, de forma protocolaria y hasta ahí. Unas pocas fotos más, muy pocas, y Andrés Manuel López Obrador inicia el camino hacia las nobles escaleras de Palacio de Gobierno señalando con ello que iniciaba la segunda parte del evento.

Llevando las riendas del encuentro de forma inequívoca y para que a nadie le quedaran dudas. Seguramente habrá “cantamañanas” que nos asegurarán que conocen algunos aspectos de lo que allí se habló y que van en tal o cual sentido, pero me atrevo a decir que eso solamente quedará entre ellos tres y que algunas de las señales de lo acordado se mostrarán, no en su plenitud, en las próximas semanas y sabremos hasta diciembre si fue fructífero para todo Tabasco, que es lo que esperamos muy sinceramente.

La conclusión de lo que vimos ayer es que, en estos momentos, existe una respetuosa institucionalidad y que puede continuar así, o descomponerse si alguna de las partes no cumple estrictamente con lo acordado, y rubricado ayer.