NOTA BENE

Viento fresco en el gobierno de Adán: Política de puertas abiertas

El gobierno de Adán Augusto López se va colando por los resquicios de nuestras puertas y ventanas como un abanico con aire fresco. Por lo pronto todo el mundo le trata como si fuera amigo de la familia y le llaman, llamamos, Adán, así, a secas, lo que en sí mismo es un detalle de cercanía del que no han gozado los anteriores gobernadores.

Comenzó atajando el problema más grave: El sector salud que de la noche a la mañana recibió la ayuda salvadora del nuevo gobierno, que si tiene crédito entre los proveedores, que apoyaron con camiones repletos de medicamentos para surtir a los hospitales que, por cierto, ya han comenzado a hacer cirugías de nuevo.

El sector educativo ha sido el que ha merecido la atención del gobernante y con el nombramiento de Guillermo Narváez, que no ha sido discutido por nadie, camina con paso firme para cumplir el reto de “Reconciliar educando”. Casi nada. Mientras todo esto ocurre se auditan, discreta y eficazmente, las sospechosas cuentas del nefasto gobierno anterior y pronto tendremos un diagnostico real de que pasó con el dinero y como lograr rescatarlo de manos sucias que a su vez tendrán que rendir cuentas a la justicia.

No comamos ansias que eso lo vamos a ver. Además esta semana se instaura en el gobierno de Adán una política de total apertura de las secretarías con un novedoso y arriesgado método de audiencias: Los secretarios no tienen agenda previa y van a recibir a todos los que lo soliciten y tengan la disposición para esperar tal vez un tiempo prudencial para salir con la resolución de sus problemas sin necesidad de la intervención de amigos o compadres que propicien el amiguismo propio de anteriores administraciones para ser recibidos por el más alto funcionario de cada sector.

El propio Gobernador va a manejar las audiencias de la misma manera. Todo aquel que tenga interés en plantearle un asunto al mandatario podrá hacerlo todos los días en los que se encuentre en su oficina en horas fijadas para la ocasión. “Política de Puertas Abiertas” le llaman.

Después de la triste y terrible experiencia del gobierno anterior, gracias a la que estábamos con el agua al cuello, se demuestra que lo que dice el refranero tiene mucho de verdad porque “Dios aprieta, pero no ahoga”, aunque de vez en cuando se tome un pequeño descanso para recuperar fuerzas.

Con los anteriores gobernantes batimos la plusmarca de políticos, entre los que pretendían arbitrar la convivencia municipal o estatal que, una vez demostrado que no servían para otra cosa, se empeñaron en demostrar que tampoco servían para esta de la política. Ahora, con Adán a la cabeza, estamos viendo otro tipo de señales que nos permiten volver a deletrear la palabra “Esperanza” con propiedad.

El nombramiento del fiscal General del estado de ayer, con el reconocido y eficaz Jaime Lastra a la cabeza, nos debe dar otra cosa que era del todo urgente: Tranquilidad y paz. Jaime Lastra es posiblemente el mejor experto en la materia que podríamos tener. Estamos en buenas manos. Habían convertido a los periodistas en redactores de nota roja, que es un buen camino para aprender el oficio, pero no debe ser obligatorio.

Con el nuevo gobierno de Adán de nuevo podemos contar lo cotidiano y rescatar del olvido este oficio oficio humilde que exige tenacidad, pero que hasta ahora nos habían obligado a ejercer con riesgo y sin reconocimiento.