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México confuso: AMLO lleva el país a cuestas

La verdad, la verdad, está todo bastante revuelto. Confuso. A tal grado que ya ni nos indigna sino que nos divierte la siguiente noticia leída ayer en diario Presente: “Bandera de México que estás en el cielo´.

Un alumno de una escuela de Tlaxcala durante la ceremonia cívica confundió el juramento a la bandera con el Padre de Nuestro. El cómico momento fue grabado y se hizo viral en las redes sociales. Al estudiante se le escucha decir frente a todos sus compañeros: "Bandera de México que estás en los cielos", intercalando parte del juramento a la enseña nacional con la oración católica. Confusión. Más confusión: Descubrir que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), con Luis Vera Morales al frente, busca frenar las inversiones en Tabasco es también más motivo de inestabilidad innecesaria ya que la Refinería de Dos Bocas cuenta ya con todos los permisos necesarios para iniciar su construcción.

Redoble de confusión: La renuncia del Germán Martínez a la dirección General del IMSS causó tal revuelo que ha generado miles de comentarios y especulaciones que como siempre ha tenido que centrar el Presidente AMLO, al que no hay ya duda alguna, que se le está cargando de trabajo para el que además, se supone que tiene colaboradores designados para realizarlo y, cuando menos, para no darle más problemas de los que puede aguantar un ser humano.

El Presidente, en medio de tanta Confusión que le siembran, carga con la nación a cuestas, casi como Messi con el Barcelona y eso es en sí mismo injusto y poco funcional. Alguien debería decir a sus colaboradores más cercanos que la curva de aprendizaje ya está a punto de caducar después de casi seis meses al frente de las responsabilidades de gobierno y que si no pueden con el encargo pues lo mejor es que le digan al Presidente que no pueden.

Pero es que el mandatario tabasqueño tiene que estar apagando los fuegos que le prenden sus colaboradores, todos los días. Estamos de acuerdo en que vivimos en una situación inédita para una administración pública en México pero para los miembros del gabinete, gracias a su preparación y actitud, a estas alturas, ya debería ser algo encauzado y en vías de resolver el control y manejo de sus áreas de actividad y responsabilidad. Germán Martínez, a mi juicio, tiró la toalla antes de lo necesario y debería de haber demostrado un poco más de entereza frente a las naturales discrepancias que se crean en todos los grupos de poder.

Lo que ha logrado con esa dimisión a destiempo ha sido que ha dejado sembrada la semilla de la discordia que esperemos que no fructifique en otros miembros del gabinete de AMLO. En lo local, y zanjada por el presidente AMLO, la polémica entre el alcalde de Centro, Evaristo Hernández, y los críticos que le negaban autoridad para vender Palacio Municipal y trasladarlo a las afueras de Villahermosa y no permitirle la privatización del sistema de agua potable podremos esperar que sigamos esperando la atención de otros problemas que aunque algunos puedan considerarlos menores para la mayoría de la gente son los más importantes.

AMLO fue muy claro, y en “la mañanera” desautorizó la privatización del edificio y del servicio del agua con la expresión “no se puede permitir”. Cuando comencé a estudiar latín me embargó una percepción que me indicaba que jamás podría entender tal lengua muerta. Un querido profesor me dijo: Tu avanza, avanza y avanza y cuando menos te lo esperes todo estará muy clarito y lo entenderás todo. Y así fue. Y deseo que así sea en este punto en este querido México.