Nuestro pan y nuestra ginebra con el sudor de nuestra frente

La Biblia dice que no es prudente vivir más de 70 años, pero su advertencia debiera ser más corta. Lo que no es prudente es vivir, aunque sea una experiencia única

La Biblia dice que no es prudente vivir más de 70 años, pero su advertencia debiera ser más corta. Lo que no es prudente es vivir, aunque sea una experiencia única. En algo hay que distraerse y algunos habitantes de este pequeño país, en el extrarradio de millones de galaxias, quieren adelantar los calendarios para que no haya que esperar tanto entre unas elecciones y otras para decepcionarse.  Y esto no lo escribo como reflexión sino como advertencia ya que según se informa en el mundo entero “Los laboratorios farmacéuticos que compiten por producir vacunas contra el COVID-19 se comprometieron a evitar métodos científicos abreviados mientras que enfrentan la presión de lanzar pronto una vacuna al mercado. En una inusual carta pública, las empresas acordaron enviar las vacunas para su aprobación solo cuando se demuestre en grandes estudios clínicos que son seguras y eficaces. Los directores ejecutivos de nueve de las firmas que lideran la carrera por lanzar una vacuna contra el coronavirus firmaron el compromiso: AstraZeneca, BioNTech, GlaxoSmithKline, Johnson & Johnson, Merck & Co., Moderna, Novavax, Pfizer y Sanofi”. Existen más de 20 laboratorios en búsqueda de la vacuna aunque los anteriores son los más serios y los que realmente tienen probabilidades de encontrar la panacea para la enfermedad y de ahí lo inusual de un comunicado conjunto ya que finalmente sin competidores. “En aras de la salud pública, nos comprometemos a hacer de la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas nuestra máxima prioridad siempre”, escribieron los ejecutivos”. Para entender lo que esto significa de forma clara y contundente es necesario asimilar que no tendremos vacuna hasta 2022, por lo menos. Es decir que mientras tendremos que conformarnos con las medidas de seguridad ya conocidas de lavarse las manos hasta lo enfermizo, distancia social, cancelando nuestra vida en comunidad y mucha suerte. Siempre hay cosas nuevas bajo el sol en las que podemos utilizar nuestro tiempo, pero si queremos verlas es preciso cambiar de mirada. No es fácil, pero estas fechas ayudan a intentarlo. La mitad de los mexicanos ve con buenos ojos la legalización de la venta de marihuana, cosa que hasta hace muy poco estaba mal vista. Ya no asusta el coco porque ha venido hace tiempo y no le tienen miedo ni los niños que duermen poco ni los adolescentes que fuman mucho. Sin necesidad de leer a Schopenhauer, saben que el arte de buen vivir, que no hay que confundir con el arte de vivir bien, es esencialmente el arte de sobrevivir en un mundo hostil. Incluso en Cuba van a intentarlo. NOTA BENE 2: Y mientras se acercan las elecciones se reparten hasta las mordidas, por eso crecen más los descontentos que se quedan con la boca abierta. En los ayuntamientos no se libra casi nadie, ya que un golfo hace ciento, pero los testigos del impúdico banquete están hartos, mientras otros se hartan de comer. En el fondo todos tenemos vocación de comensales, aunque a algunos nos impida cumplirla nuestras convicciones, que quizá sean pocas, pero firmes. Para una vez que se vive no vale la pena sacrificarlo todo para vivir mejor que el de enfrente. Debemos acostumbrarnos a comer nuestro pan y a beber nuestra ginebra con el sudor de nuestra frente y no con el sudor de los de enfrente. Visto desde el puente no puede hacerse uno más que una idea aproximada del curso del río y del curso de los acontecimientos.